Jamal Zougam, uno de los cinco detenidos por su presunta implicación en la masacre del 11-M, ya estuvo en 2001 en el punto de mira tanto de la Policía Nacional como de la Audiencia Nacional.Fruto de una comisión rogatoria francesa, comenzó a sospecharse que Zougam estaba relacionado con el terrorismo islámico, apenas dos meses antes de los atentados en Estados Unidos.
Según explicaron a EL MUNDO fuentes de la investigación, en julio de 2001 llegó una comisión rogatoria de Francia a la Audiencia Nacional solicitando datos sobre Zougam. La Policía Nacional, siguiendo las instrucciones del juez Baltasar Garzón, le localizó y registró su vivienda, en el madrileño barrio de Ventas. Ya por aquellas fechas, los servicios policiales sospechaban que estaba presuntamente relacionado con el terrorismo islámico, en concreto con la célula de Al Qaeda desmantelada en España y dirigida por Edim Barakat, Abu Dahda.
l auto de Garzón
Jamal Zougam aparece en el auto del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por el que procesó a Osama bin Laden y a 34 personas más por los atentados del 11 de septiembre en Nueva York.
En aquella resolución, el magistrado destacaba la importancia que la supuesta célula española de Al Qaeda desarticulada en noviembre de 2001 y dirigida por uno de los procesados, Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, tuvo en la preparación de los atentados del 11-S.
En el auto, el juez detalló que, en el marco de una comisión rogatoria solicitada por las autoridades francesas, la policía registró el domicilio de Jamal Zougam, situado en el número 14 de la calle de Sequillo, en el madrileño distrito de Ciudad Lineal, según consta en un escrito de agosto de 2001.
En ese registro, la policía encontró anotados en papeles los números de teléfono móvil de Amer Azizi, Said Chedadi, Abdalrahman Alarnaot Abujaljer -miembros de la célula dirigida por Abu Dahdah- y también el número de Mohamed Maherhalak.
Asimismo, en el domicilio había dos cintas de vídeo, una de ellas sobre la Yihad, lucha islámica, en Daguestán (Rusia) y otra sobre el movimiento islámico en occidente con entrevista a Osama bin Laden.
En el registro se intervinieron cuatro libros escritos en árabe, uno de los cuales versaba sobre la «campaña de EEUU para acabar con el islam», otro sobre «el Partido de Liberación», otro sobre «apoyo a los chechenos musulmanes», y un último sobre la lucha en el islam y sus condiciones, así como la forma de tratar a los prisioneros de guerra.
Además, según el auto, el 5 de septiembre de 2001 -seis días antes de los atentados contra EEUU- Jamal se puso en contacto con Abu Dahdah para notificarle que había llegado a Madrid procedente de Marruecos. Estos datos están basados en intervenciones telefónicas autorizadas por el juzgado de Garzón. Además, según reveló ayer a medios franceses Jean-Charles Brisard, investigador para los abogados de las víctimas de esos atentados de Estados Unidos, Mohamed Chaoui, otro de los detenidos en Madrid, aparece citado en las escuchas realizadas a la célula española de Al Qaeda, según informa Efe.
La información se refiere a una conversación interceptada en agosto de 2001 entre Abdulak al Magrebi y Abu Dahdah, en la que el primero dijo: «Hay que ponerse en relación con Jamal y con su hermano Mohamed Chaoui de Tánger». Ambos, según explicaron a EL MUNDO personas cercanas a los detenidos, son hermanos por parte de madre.
Abdulak añadió: «Voy a ir a Tánger porque son parientes de Said Chedadi», cuyo número de teléfono apareció en el domicilio de Zougam y que fue detenido en noviembre de 2001 por orden de Garzón por su presunta pertenencia a la citada célula de la organización terrorista.
Jamal Zougam y Mohamed Chaoui fueron arrestados junto con Mohamed Bakali Boutaliha, los tres de origen marroquí, y Vinay Kohly y Suresh Kumar, indios.
Policías españoles del la Unidad Central de Inteligencia Exterior se desplazarán hoy a las localidades marroquíes de Rabat, Tetuán, Tánger y Casablanca para investigar más sobre los tres ciudadanos marroquíes detenidos.
El ministro del Interior, Angel Acebes, explicó que tres de los cinco detenidos tienen antecedentes policiales en España por delitos de lesiones, receptación y uno de ellos por su posible implicación en un homicidio. La Policía se incautó de documentación en los cinco pisos registrados en Madrid en las últimas horas.