Osama bin Laden, el líder de Al Qaeda, había ordenado un atentado devastador contra el aeropuerto de Heathrow como castigo para Tony Blair y tras calificar al primer ministro británico como su «principal enemigo», según ha revelado un destacado lugarteniente de la mencionada organización.
De acuerdo con estas manifestaciones, Osama bin Laden habría ordenado a su jefe de operaciones, Khalid Sheijk Mohammed, que preparara el ataque contra el mencionado aeropuerto durante el transcurso de una reunión que ambos mantuvieron en Kabul, poco tiempo después de que se produjeran los atentados del 11 de Septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Sunday Times ha tenido acceso a la transcripción de los exhaustivos interrogatorios a los que se ha visto sometido Mohammed. En ellos se indica que Al Qaeda envió ciertos terroristas desde Pakistán y Afganistán a Reino Unido para que prepararan la operación Heathrow.
Hace unos días, Sir John Stevens, comisario general de la Policía Metropolitana, señaló que era «algo inevitable» que hubiera un atentado en Londres. Stevens afirmó, además, que los atentados de Madrid del pasado 11 de Marzo deberían servir como una «llamada de atención» tanto para Reino Unido como para la totalidad de la Unión Europea.
Por su parte, el ministro británico del Interior, David Blunkett, rechazó la tesis de Scotland Yard de que un atentado de la red terrorista Al Qaeda en Londres es «inevitable» tras los ataques del 11-M.
«La gente se asusta»
«Tiene que haber un equilibrio entre decir la verdad y dar tranquilidad.Si no, la gente se asusta y eso no tiene un buen efecto», afirmó Blunkett en una entrevista que publicó ayer The Sunday Telegraph.No obstante, Blunkett admitió que no puede «garantizar rotundamente que no se producirá un atentado debido a la naturaleza de la amenaza y los peligros de los terroristas suicidas».
Las confesiones de Khalid Sheijk Mohammed suponen la primera confirmación que se produce acerca de la existencia de un plan autorizado por Al Qaeda para atentar contra el aeropuerto londinense.
Durante los interrogatorios, Mohammed confesó que se había entregado dinero a determinados individuos pertenecientes a Al Qaeda y que se les habían dado instrucciones para que iniciaran una vigilancia exhaustiva del aeropuerto, al efecto de valorar sus puntos más débiles y localizar los sitios más idóneos desde los cuales poder derribar aviones.
En febrero de 2003 (más de un año después de que se cursaran dichas instrucciones y varias semanas antes de la detención de Khalid Sheijk Mohammed) un cierto número de tanques y unos 400 soldados rodearon el aeropuerto de Heathrow. A raíz de aquello, Blair fue acusado de poner en escena una farsa para, así, lograr el apoyo de la población para la entonces inminente invasión de Irak. Empero, él insistió en que había recibido informes de los servicios de Inteligencia advirtiéndole de un posible atentado.
«A día de hoy, aún no sabemos si aquella información era correcta y nosotros frustramos el atentado o si, en cambio, se trataba de una equivocación», aseguraba Tony Blair más adelante, en un discurso que dio en su distrito electoral.
Khalid Sheijk Mohammed ha declarado que la operación del aeropuerto de Heathrow nunca superó la fase de vigilancia, culpando de ello a las dificultades de comunicación con sus miembros operativos, dificultades que se les presentaron a raíz de que los norteamericanos comenzaran a bombardear Afganistán y el Gobierno del régimen talibán fuera desalojado del poder.