El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha decretado prisión
provisional por presunta colaboración con organización terrorista para
los dos hijos que integraban la familia marroquí detenida en Leganés el pasado 1 de febrero por su presunta vinculación con los atentados del 11-M, según han informado fuentes jurídicas.
Se trata de Brahim y Mohamed Moussaten, hijos de Allal Moussaten y Safia Belhadj, que también fueron detenidos pero que han quedado en libertad tras comparecer la pasada noche ante el magistrado que investiga la masacre.
Las
comparecencias de los cuatro miembros de la familia en el Juzgado
Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional finalizaron
pasadas la una de la madrugada.
Sobrinos del presunto portavoz de Al Qaeda en Europa
Fuentes
jurídicas han señalado que Brahim y Mohamed Moussaten no alojaron en su
casa a Mohamed Afalah y a Abdelmajid Bouchar, dos de los sospechosos de
los atentados, actualmente en busca y captura, sino a Youssef Belhadj,
presunto portavoz de Al Qaeda en Europa detenido en Bélgica, también el pasado 1 de febrero.
Youssef Belhadj es hermano de la madre de ambos, Safia Belhadj, según las mismas fuentes. El presunto portavoz de Al Qaeda en Europa se alojó un mes antes en España con sus sobrinos
y se marchó precipitadamente antes de los atentados del 11-M. Al
parecer, Brahim y Mohamed estaban muy vinculados con él debido a temas
de adoctrinamiento y de la yihad, por lo que mantenían contacto
personal y telefónico.
Según las mismas fuentes, está comprobado
que cuando los terroristas se encerraron en el piso de Leganés el 3 de
abril de 2004, al ser acorralados por la policía, Mohamed Afalah llamó
a su hermano Ibrahim para que llamase a los sobrinos de Youssef Belhadj
y le facilitaran el teléfono de éste en Bélgica.
Las fuentes aseguran que durante la comparecencia, el juez Del Olmo celebró un careo entre Ibrahim Afalah y Mohamed Moussaten.
Al parecer, según la investigación llevada a cabo, Youssef Belhadj tenía muchos vínculos con el grupo del piso de Leganés
y el juez espera perfilar esas relaciones para concretar mejor las
acusaciones contra el presunto portavoz de Al Qaeda en Europa.