BÚSQUEDAS
60 segundos Edición impresa Cartelera Callejero Servicios Gráficos Charlas Tienda Loterías Clasificados Calendario
anapixel
FOTOGRAFÍA
Fotos del día
Gente
Vídeos
ÚLTIMA HORA
España
Internacional
Economía
Sociedad
Comunicación
Solidaridad
Cultura
Ciencia/Ecología
Tecnología
Madrid24horas
Obituarios
DEPORTES
SALUD
MOTOR
Metrópoli
Especiales
Encuentros
Versión texto
EDICIÓN LOCAL
Catalunya
Baleares
SERVICIOS
Boletines
informativos
Personalizar
El tiempo
Mapa de alergias
Cartelera
Televisión
Empleo
Formación
Diccionarios
Traductor
Horóscopo
Callejero
Pág. blancas
Pág. amarillas
Guía empresas
Móviles
SUPLEMENTOS
Madrid 2012
Aula
Universidad
Magazine
Crónica
El Cultural
Su vivienda
Viajes
Expansión
y Empleo
COMUNIDAD
Charlas
Foros
Juegos
¿Ligamos?
Forolibre
Debates
 
 
Viernes, 25 de febrero de 2005
Actualizado a las 05:29 (CET) - Internet time @228 by Swatch
 
 

HUIDO DE LA JUSTICIA, TIENE PENDIENTE DOS JUICIOS
Nayo: 'Trashorras quería una mina anticarro para volar un Patrol de la Guardia Civil'

EL MUNDO

Publicidad
anapixel
NOTICIAS RELACIONADAS

MADRID.- José Ignacio Fernández Díaz, Nayo, el ex socio de Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro, dos de los implicados en la trama asturiana de los atentados del 11 de Marzo, ha relatado a EL MUNDO las andanzas de sus antiguos compañeros. Además del contrabando y el narcotráfico, Nayo desvela de uso de minas anticarro.

Nayo, Antonio Toro y José Emilio Suárez Trashorras formaron durante varios años una sociedad dedicada al contrabando de hachís y al tráfico de cocaína, fundamentalmente. Pero, además, como explica Nayo detalladamente, no hacían ascos a casi nada. Así, también se dedicaron al tráfico de explosivos.

Explica que, en las negociaciones con Lavandera para cambiar la Goma 2 por armas, Emilio siempre había mostrado mucha insistencia por conseguir una mina anticarro. «La mina anticarro era para Emilio, la quería él exclusivamente. Quería reventar un Patrol de la Guardia Civil de su pueblo. ¿Que por qué? Simplemente porque pasaba por un camino al lado de su casa todos los fines de semana.

Nayo, ante la peligrosidad de sus ex socios, pone distancia: «Yo no soy tan violento como ellos. Soy un mangante, un delincuente, puedo hacer lo que sea pero yo soy tranquilo».

Pese a ser socios, Nayo está convencido de que Antonio Toro, al que consideraba el líder de este pequeño grupo de delincuentes, no tenía apego ni estima por nadie, «ni siquiera por Emilio». «A Toro le daba igual que mataran a Emilio, no le preocupaba». Y lo describe gráficamente: «A Toro le dices que le das 20 millones por los 500 kilos de explosivos pero que tiene que matar a su cuñado y el cuñado está ya muerto».


Texto íntegro de este artículo
   
<<< volver
imprimir
enviar
disponible
en PDA
disponible
en WAP
recomiende
el artículo
portada
de los lectores


 publicidad
anapixel

© Mundinteractivos, S.A.
Aviso legal | Política de privacidad