El Parlamento británico ha aprobado el polémico proyecto de ley
antiterrorista del Gobierno de Tony Blair, que sustituirá a la actual,
declarada ilegal por violar el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Abu Qutada, sospechoso de haber "inspirado" a los responsables del 11-M y el 11-S, ha sido puesto en libertad al estar a punto de expirar la vigencia de esta última.
La nueva legislación, aprobada después de uno de los debates
legislativos más virulentos de los últimos tiempos en el país, permite
aplicar medidas de control como el arresto domiciliario o el toque de queda
a los sospechosos de terrorismo que no pueden ser sometidos a un juicio
porque los indicios que existen contra ellos no pueden hacerse públicos.
Su aprobación llega justo antes de que expire a medianoche del domingo la anterior legislación antiterrorista, que permitía la detención indefinida y sin cargos de sospechosos extranjeros.
En libertad ocho presuntos terroristas
Ya han obtenido la libertad condicional los últimos ocho presuntos terroristas islamistas que permanecían detenidos desde hace tres años en virtud de esa ley, declarada ilegal en diciembre pasado por violar el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Entre
ellos se encuentra Abu Qutada, considerado el 'embajador' de Osama Bin
Laden en Europa y calificado por fuentes judiciales como "un individuo
altamente peligroso". Este clérigo radical, uno de los 35 presuntos
miembros de Al Qaeda procesados por el juez Baltasar Garzón en septiembre de 2003, fue quien supuestamente autorizó a los siete terroristas de Leganés a suicidarse.
El
periódico británico 'The Times' lo vincula con los autores de los
atentados de hace un año contra trenes de cercanías en Madrid, y sus
sermones incendiarios han servido supuestamente de inspiración a varios terroristas involucrados en los atentados de Nueva York y Washington.
Qutada,
de 44 años, fue detenido por vez primera en febrero de 2001 bajo la
sospecha de estar relacionado con una célula terrorista de Francfort
(Alemania) que planeaba un atentado en un mercado en la ciudad francesa
de Estrasburgo, aunque nunca se presentaron cargos concretos contra él.
Críticas al nuevo proyecto
La
normativa británica cuya vigencia expira el domingo fue introducida
como respuesta a la amenaza que supusieron los atentados del 11 de
septiembre de 2001 en EEUU.
El Gobierno laborista tuvo que ceder hasta última hora para lograr acallar el fuerte rechazo
a su nuevo proyecto de ley por parte de conservadores y liberales
demócratas, en la oposición, y de un puñado de rebeldes laboristas, que
le acusaban de poner en entredicho el Estado de derecho.
Tras haber aceptado involucrar directamente a los jueces
en las llamadas "órdenes de control" en lugar de dejarlas en manos del
titular del Interior, Blair ha contentado a los conservadores al
anunciar un nuevo proyecto antiterrorista para el próximo otoño, que debería aprobarse la primavera de 2006.
Este
borrador compensaría la exigencia de los 'tories' de que la ley
aprobada ahora expire automáticamente al cabo de un año, puesto que
permitiría enmendarla o, eventualmente, revocarla.
Con esta
nueva concesión, el Gobierno logró la aprobación de la ley
antiterrorista tras una semana de intensos debates en las dos Cámaras
parlamentarias.