LA REVISTA CONSIDERA LAS RECOMENDACIONES'TRIVIALES'
'The Economist' tilda de 'chapuza española' la Comisión del 11-M
Este reconocido rotativo británico asegura que
los trabajos de investigación han hecho sentir a los españoles
"verdadera vergüenza"
SERVIMEDIA
Rivero, momentos antes del inicio de la reunión para debatir las recomendaciones. (Foto: EFE)
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MADRID.-
La publicación británica "The Economist" analiza esta semana la situación de España un año después del 11 de marzo y llega, entre otras, a la conclusión de que la Comisión parlamentaria creada para investigar lo ocurrido ha resultado ser "una chapuza española".
Según "The Economist", "después de ocho meses de deliberación", la Comisión ha concluido con "recomendaciones triviales"
como son, en opinión de la revista, "establecer más policías en las
embajadas de los países árabes e islámicos, actualizar los acuerdos de
seguridad con los países del norte de Africa y cualquier otro lugar, y
contratar más investigadores, intérpretes y traductores". Recoge
la publicación que "el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, ha
denunciado que las conclusiones de la Comisión son un fraude y que su
partido sólo quiere saber la verdad". "Si el 11-M no ha dejado otra
cosa entre los españoles que pena, es una Comisión parlamentaria la que
les ha hecho sentir verdadera vergüenza", afirma "The Economist", para
quien la Comisión "se ha caracterizado por ser un nido de víboras que compiten por marcar puntos y no ha llegado a nada". "Las
asociaciones de víctimas se han negado a unirse a las ceremonias
conmemorativas", prosigue la revista. "Muchas de ellas acusan a los
parlamentarios de explotar la tragedia para obtener beneficios
políticos" y "los intentos de unir al colectivo representado por Pilar
Manjón con las asociaciones de víctimas de ETA han acabado en bronca". "The
Economist" hace otra serie de afirmaciones en su artículo en referencia
a la política española durante el año transcurrido desde la masacre de
Madrid. Expone que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez
Zapatero, "no ha conseguido librarse de su apodo 'Bambi'". "No es lo suficientemente duro para lidiar con los nacionalismos" y "todavía está esperando a que Bush le devuelva las llamadas".
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