Aunque comparece como testigo en el juicio contra la célula española de Al Qaeda desmantelada en 2001, sus primeras palabras han sido para defender su inocencia como imputado por el 11-M. Jamal Zougam ha declarado: "Trabajé como comerciante hasta que el 13 de marzo vinieron a mi tienda a detenerme sin saber nada".
Jamal Zougam tuvo relación con varios imputados por la red española de Al Qaeda antes de ser detenido en marzo de 2004 por su implicación directa en los atentados del 11-M. Varios testigos presenciales le identificaron como una de las personas que viajaba en los trenes que explotaron en Madrid.
El marroquí regentaba el locutorio 'Nuevo Siglo' en el madrileño barrio de Lavapiés, del que eran socios su hermanastro Mohamed Chaoui y Mohamed Bakali. Todo apunta a que en el local se vendieron los móviles que hicieron estallar las bombas de los 'trenes de la muerte'.
Esta mañana, Jamal Zougam ha llegado el último a la Casa de Campo de Madrid, donde se celebra el macrojuicio. Antes llegó Pilar Manjón, presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, abrazada a otros familiares de víctimas de la masacre.
Ha asegurado que no es fácil estar allí, pero que quieren "verlo, mirarle a los ojos para intentar comprender el por qué". La presidenta, que dice esperar un temblor en todo el cuerpo cuando vea a Zougam, ha dicho que, si tuviera la oportunidad de hablar con él, le preguntaría "por qué, por qué alos nuestros". "Seguimos sin entender nada, nadie nos ha dado ninguna explicación", ha dicho Manjón.
Por otro lado, antes de comenzar la sesión de hoy, el juez ha dejado en libertad a cinco de los imputados en el caso de la célula española de Bin Laden relacionada con los atentados del 11-S en Estados Unidos. Los liberados son Sid Ahmed Boudjela, en libertad sin fianza; Mohamed Khair Al Saqqa, bajo fianza de 50.000 euros; Waheed Koshagi Kelami, bajo fianza de 150.000 euros; Ahmad Koshagi Kelami, bajo fianza de 50.000 euros; y Bassam Dalati, bajo fianza de 20.000 euros.
El juez ha determinado que el riesgo de fuga por el que fueron encarclados ha "disminuido considerablemente". Deben entregar su pasaporte y comparecer cada día en un juzgado. Tienen prohibido salir del país.
Zougam, controlado desde 2001
Jamal Zougam fue uno de los primeros detenidos tras los atentados del 11 de marzo y el único de aquellos que aún se encuentra en prisión, donde ingresó el 19 de marzo del año pasado. Está acusado de integración en organización terrorista islamista, 191 asesinatos consumados y 1.400 tentativas de asesinato, así como cuatro delitos de estragos terroristas y sustracción de vehículo.
En cuanto a los atentados en Madrid, el móvil adherido al artefacto que no explosionó, encontrado dentro de una mochila oculta en un vagón del tren estacionado en Atocha, condujo a la Policía hasta Jamal. Además, varios testigos afirman haberle visto en los vagones aquella mañana y se hallaron sus huellas en la furgoneta que encontró la Policía junto a la estación de cercanías de Alcalá de Henares y en la casa de Morata de Tajuña donde se prepararon las mochilas.
Pero la pista de Zougam comienza en los llamados 'marroquíes afganos', grupos integristas que recibían entrenamiento militar en los campos de Al Qaeda tenía en Afganistán. Y fue precisamente su relación con estas redes, lo que llevó a la justicia francesa a investigarle.
Azizi y Chedadi, en su agenda
El juez de la Audiencia Baltasar Garzón ordenó a la policía registrar su domicilio madrileño, situado en el número 14 de la calle de Sequillo, en julio de 2001. Los agentes encontraron los números de teléfono móvil del huido Amer El Azizi y los imputados por al red española Said Chedadi (piden 12 años de prisión) y Abderramán Alarnaot (piden 9 años).
En una cinta de vídeo hallada en la casa de Zougam comienza la conexión con el atentado de Casablanca, donde murieron cuatro españoles el 16 de mayo de 2003. En las imágenes se puede ver a 'Abu Mughen' (detenido por dichos atentados) y su hermano Abdelaziz Benyaich, dos terroristas detenidos en España por su implicación en la acción terrorista. 'Abu Mughen' se hospedó en Madrid en la casa de Jamal Zougam.
Relación con 'Abu Dahdah'
Pedro Rubira, el fiscal y única acusación en el juicio que se celebra en la sala especial de la Audiencia Nacional en la Casa de Campo de Madrid, ha sido quien ha pedido la comparecencia como testigo de Jamal Zougam. Previsiblemente le preguntará sobre su relación con el presunto líder de la célula de Bin Laden en España, 'Abu Dahdah'.
El sirio 'Dahdah', para quien Rubira pide 62.512 años de cárcel por ser cómplice del 11-S, negó en su interrogatorio haber mantenido una relación personal con Zougam y estimó además que éste no era un "musulmán practicante" porque le "veía con chicas".
Recordó que le conocía porque el marroquí abrió una tienda de alimentación en la calle Tribulete de Madrid -luego invertiría en el locutorio-, y empezó a suministrarle mercancías, como calabacines o dátiles. Sin embargo, la relación no pasó, según dijo, de los saludos y sonrisas propias de verse en la misma zona.
Llamadas telefónicas
Sin embargo, durante las investigaciones policiales sobre Jamal Zougam, que comenzaron en 2001, se han intervenido diversas llamadas telefónicas que le sitúan cerca de los presuntos terroristas o cómplices.
En cuanto a 'Abu Dahdah' el 5 de septiembre de 2001, seis días antes de los atentados contra EEUU, Zougam le llamó para notificarle que había llegado a Madrid procedente de Marruecos.
Visitas a otros imputados
Además, como se ha sabido tras la declaración como testigo y perito del comisario de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía Rafael Gómez Menor, en otra ocasión el presunto autor material del 11-M habló por teléfono con 'Abu Dahdah' de buscar financiación en España para los "hermanos" de Marruecos, momento en el que el sirio colgó el teléfono.
Otra llamada puso de manifiesto que Zougam viajó a Marruecos para entrevistarse con Abdullah Benyaich, hermano del procesado Abdelaziz Benyaich, y que al llegar se percató de que éste había huido. Por este motivo, acudió a entrevistarse con Rachid Bendouda, 'Rachid El Gordo', implicado también en los atentados del 11-M.
Relaciones 11-S y 11-M
El 1 de septiembre de 2001, el imputado en el juicio a la célula española de Al Qaeda Driss Chebli llama a 'Abu Dahdah' y le dice que está con Said Berraj (huido tras los atentados de Madrid), y que a su lado se encuentra Zougam.
Cinco días después, Chebli le vuelve a llamar y le dice que está con 'Mohamed el argelino', Mohamed Belfatmi, quien supuestamente organizó la reunión preparatoria del 11-S, en Tarragona en julio de 2001, y en la que participó el piloto suicida Mohamed Atta.
En la última conversación, del 16 de septiembre, Chebli está con Zougam y llama a 'Abu Dahdah', mientras que en otra llamada telefónica intervenida, Zougam habla con 'Dahdah' desde Marruecos explicándole que había estado con Mohamed Fazazi (condenado en ese país por los atentados de Casablanca), y que estaba intentado contactar con el hermano de uno de los acusados en esta causa. Al no ser posible, según relató el comisario, acuden a Rachid 'El Gordo', Rachid Bendouda, imputado en el 11-M.