Un informe de la Unidad Central de Información fechado el 20 de mayo de 2005 vincula al policía Ayman Maussili Kalaji, dueño del establecimiento Test Ayman, que liberó los teléfonos que supuestamente se emplearon para la fabricación de las mochilas bomba, con la conexión de los móviles a los cables que unían las alarmas con los detonadores.
"Cotejando las fechas de compra, de liberación de los equipos y la realización de los atentados, nos encontramos en un periodo muy corto de tiempo: del 3 al 8 de marzo del 2004 y los atentados fueron el 11. [...] En las investigaciones del 11-M aún flota una pregunta: ¿Quién [en negrita en el original] "realizó las operaciones de soldado de los cables, en el vibrador de los teléfonos móviles, para que enlazaran con los detonadores?".
"Es evidente que no cabe descartar que alguno de los terroristas realizara dicha operación, pero no se ha encontrado equipo adecuado para ello. Esta persona" -Kalaji- "tiene los conocimientos suficientes para ello y realmente queda muy poco tiempo para que los terroristas trataran de buscar a otro comerciante, ingenuo o no, para realizar dichas operaciones".
Lo que el informe deja claro -al margen del grado de implicación que pudo tener Kalaji- es que las Fuerzas de Seguridad, un año después de los atentados, consideran muy improbable que los imputados como autores materiales fueran los que prepararan los móviles y reconocen que no se les ha encontrado los utensilios técnicos necesarios para hacerlo.
La Policía aporta muchos datos sobre la formación militar de Kalaji. Se enfatiza su condición de religioso musulmán y su perfil "correspondiente a un posible islamista radical", al menos en su juventud.
Se señala la presencia de dos documentos suyos en el piso de la calle de Virgen del Coro nº 11 de Madrid, donde trabajaban y vivían varios de los imputados en los atentados. Uno de esos documentos demuestra que Kalaji conoce a Moutaz Almallah Dabs, ya que le vende un estudio en 1995 situado en la calle de Mirto nº 9 de Madrid.
Además, Ayman estuvo inculpado por una denuncia que tramitó la Guardia Civil como presunto autor de un delito de estafa, mediante uso fraudulento de tarjetas de crédito en su establecimiento Test Ayman, situado en el paseo de Santa María de la Cabeza nº 177 de Madrid.