Un informe de la Guardia Civil que figura en el sumario del 11-M subraya que Carmen Toro, esposa de Emilio Suárez Trashorras y hermana de Antonio, es el personaje esencial de la trama asturiana que puso a disposición de los terroristas la dinamita con la que hicieron volar los trenes.
En el escrito, fechado el 15 de noviembre de 2004, la Guardia Civil afirma que el papel de Carmen Toro "en el entramado investigado ha sido activo e imprescindible, facilitando la comunicación entre los restantes miembros de la red y, probablemente, aconsejando y dirigiendo a Emilio Suárez, posibilitando de esta manera que los terroristas pudieran obtener los explosivos necesarios para perpetrar los atentados".
Además se establece que Carmen Toro, actualmente en libertad tras haber prestado declaración en un par de ocasiones ante el juez Del Olmo, contactó al menos tres veces con el jefe de grupo de la Brigada de Estupefacientes de Avilés, Manuel García Rodríguez, 'Manolón'.
La primera de ellas se produjo el 27 de febrero de 2004, un día antes de que El Chino, acompañado por Mohamed Oulad Akcha y Abdennabi Kounjaa se dirigieran hacia Asturias para hacerse con un cargamento de dinamita estimado en unos 200 kilos.
La segunda llamada tuvo lugar el 2 de marzo de 2004 (la dinamita ya se encontraba a buen recaudo en la casa de Morata). Ese mismo día, su marido habló, al menos, en siete ocasiones con El Chino. La tercera comunicación se llevó a cabo el día 12 de marzo, 24 horas después de producirse la masacre.
La mujer del asturiano Suárez Trashorras también asistió en Madrid a dos reuniones decisivas en la transacción de la dinamita: una junto a su hermano y otra junto a su marido.
La segunda de ellas se produjo el 26 de febrero en la casa de Morata de Tajuña, cuando en dicho lugar "ya debía hallarse una cantidad considerable de explosivo transportado a lo largo de enero y febrero por Amocachi (Sergio Alvarez), Jimmi (Antonio Iván Reis) y Gaby (Gabriel Montoya Vidal, también conocido como El Gitanillo, Guaje o Baby) desde Asturias".
Carmen Toro salió acompañada por su marido del centro Hipercor de Avilés (donde trabajaba gracias a los oficios de Manolón) con una bolsa de deportes destinada al transporte de explosivos que le sería proporcionada a Raúl Peláez González (El Rulo).