El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) encargó al confidente sirio
Sabagh Safwan, apodado 'El Pollero', la misión de controlar a Alekema
Lamari, considerado el jefe militar del 11-M, desde que éste salió de
la cárcel en 2002. El 8 de marzo de 2004, Lamari le habló de que "algo tenía que ocurrir"; el 27, seis días antes del suicidio del 'comando Lavapiés' en Leganés, le dijo: "Nos encontraremos en el cielo".
Según informa Antonio Rubio en EL MUNDO, Sabagh Safwan se había
convertido en uno de los principales agentes o infiltrados del CNI
entre los radicales islamistas en España cuando el 22 de marzo un
responsable del servicio de Inteligencia pidió al jefe de la Unidad
Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía un plazo de 48
horas antes de que aquél fuera detenido.
"No podéis detener a Sabagh Safwan hasta que hablemos con él. Es uno de nuestros hombres más importantes",
vino a decir el servicio de Inteligencia. La Policía aceptó la petición
a medias y finalmente otorgó un margen de 24 horas antes de detenerlo
en Valencia, donde vive, por su relación con el argelino Lamari,
miembro del Grupo Islámico Armado (GIA).
El control era tan
estrecho que el 2 de abril, un día antes del suicidio del 'comando
Lavapiés', 'El Pollero' se encontraba en Madrid con el único objetivo
de ayudar al CNI a descubrir dónde se ocultaban Lamari y el resto de los terroristas del 11-M.
Por
ese motivo, el 22 de noviembre de 2004 el juez de la Audiencia Nacional
Juan del Olmo solicitó al CNI y al Ministerio del Interior la
desclasificación de todos los informes y documentos que estuvieran en
su poder relacionados con el jefe militar del 11-M. Pero hasta el
pasado día 16, el magistrado no recibió el visto bueno del Consejo de
Ministros para que los servicios secretos remitieran a su juzgado
cuatro informes elaborados por el CNI.
En ellos está recogida la
relación de amistad y "control" que ejercía sobre Lamari y otros
presuntos terroristas Sabagh Safwan, captado por el antiguo CESID en
1993 como colaborador en temas árabes.
'El Pollero', conocido así por tener un asador de pollos en Valencia, fue el primero que informó de que el séptimo terrorista suicidado en el piso de Leganés, y que la Policía no lograba identificar, era Lamari.
Hasta
que el argelino salió de prisión en 2002, fue recibiendo ayuda
económica, visitas y apoyo de Sabagh Safwan. Una vez quedó en libertad,
éste se convirtió en su sombra, lo recogió en Madrid y lo trasladó
hasta Valencia.
Durante el tiempo que Lamari vivió en Valencia,
desde 2002 hasta el 11-M, 'El Pollero' lo acompañó en varias ocasiones
a Madrid. Allí se entrevistó, entre otros, con Serhane Ben Abdelmajid
Fakhet, 'El Tunecino', y con Moutaz Almallah, que logró
huir de España tras los atentados y que en la actualidad se encuentra
detenido en Londres pendiente de extradición a nuestro país.
Por otro lado, tanto Lamari como Jamal Ahmidan, 'El Chino',
y 'El Tunecino', estaban vigilados por diferentes servicios de
información de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Algunos expertos
creen que el tercer hombre no era 'El Tunecino', sino Rachid Oulad
Akcha.
El CNI, la UCIE y la Unidad Central Operativa (UCO)
de la Guardia Civil se encargaron de los controles, seguimiento y
escuchas. En el caso de 'El Chino', también hubo durante un tiempo un
seguimiento de la UDYCO de Madrid, la unidad dedicada a la lucha contra
la droga y el crimen organizado, por temas relacionados con la venta de
hachís.
En la actualidad Sabagh Safwan sigue colaborando con el CNI y regentando la pollería 'Chico Rico' de Valencia, donde vive.