El Canal de Castilla, una infraestructura hidráulica de principios del siglo XX construida para dar agua a las áridas estepas castellanas, se ha convertido con el paso del tiempo en uno de los mejores hábitats palustres de Castilla y León.
Su valor ambiental ha sido reconocido con figuras de protección como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). En esos sistemas ribereños donde crece la vegetación de ribera, encuentran refugio numerosas especie de aves, en algunos casos en peligro de extinción, como es el avetoro, llamada así porque su canto sugiere un mugido.
Pero también dan cobijo a otras importantes especies de la avifauna como son la garza imperial, el carricerín cejudo o el aguilucho lagunero, que utilizan estos lugares como cría o refugio durante sus migraciones.
Para ayudar a la conservación de la peculiar infraestructura que con el paso del tiempo ha dado lugar a una sucesión de ecosistemas fluviales y palustres rodeados por el árido medio castellano, Global Nature ha logrado una subvención LIFE de la UE, para costear el 40% del 1,5 millones que costarán las acciones que durarán los próximos cuatros años. Otras instituciones y empresas españolas también contribuyen con fondos.
|