A partir del 7 de enero, los lectores de EL MUNDO tienen una cita con la Historia y el coleccionismo. El franquismo en sellos y billetes, la nueva promoción cultural del periódico, reúne más de 300 emisiones del periodo 1936-1975, entre valores postales, billetes de banco y décimos de lotería. En ellos se esconden muchas claves para entender la economía de la época, los avances tecnológicos y la vida cotidiana de millones de españoles. Este domingo, con el periódico, el álbum de lujo para guardar la colección, con toda la información de las piezas, y la primera entrega (dos hojas bloque de sellos, un billete y un décimo de lotería), gratis. Y desde el día 8, todos los días, de lunes a viernes, una nueva entrega con el periódico, también gratis.
MADRID.- Las piezas de la colección El franquismo en sellos y billetes, que EL MUNDO ofrece a sus lectores de forma gratuita desde este domingo, son mucho más que meros pedazos de papel. Cada uno de los valores postales, billetes de banco y décimos de lotería que componen esta promoción cultural, inédita en la prensa española, alberga una Historia. En ellos se puede rastrear el pasado, y también aprender muchas cosas sobre la economía y la ideología del momento.
De los tres tipos de documento que integran El franquismo en sellos y billetes, las emisiones bancarias son las más populares. Aunque los más jóvenes no conozcan los billetes que se incluyen en la colección -que son la totalidad de los emitidos por el Gobierno de Franco entre 1936 y 1975-, otros muchos los recordarán perfectamente. Uno de los billetes más conocidos fue el de 100 pesetas de Manuel de Falla. Los 34 años transcurridos entre este valor y el de 25 pesetas de 1936 evidencian los numerosos avances en las técnicas de impresión y de seguridad.
En primer lugar, el billete de 25 pesetas fue realizado en la Alemania nazi, aliada de Franco durante la Guerra Civil, debido a la escasez que se vivía en España en aquel momento. La empresa Giesecke und Devrient, encargada de la impresión de este y otros valores, utilizó un formato poco habitual entonces en los billetes españoles, aunque luego acabaría por imponerse (sirvan como ejemplo el de 1.000 pesetas de Benito Pérez Galdós o los actuales billetes de euro).
Como medida de seguridad principal, la imprenta alemana utilizó los tradicionales motivos geométricos e incorporó unas tiras de papel de colores adheridas al anverso con la leyenda «Banco de España». El billete de 100 pesetas, por el contrario, tiene como principal elemento de seguridad la denominada marca de agua, que es como se conoce a la diferencia de grosores en el papel que es perceptible al trasluz.
Los sellos son parecidos a los billetes en cuanto a medidas de seguridad, aunque incorporan nuevos aspectos que arrojan más información al coleccionista. En primer lugar, tienen una mayor variedad de motivos, debido al elevado número de valores y emisiones. Esto permite al coleccionista seguir varias líneas de investigación.
Por ejemplo, se puede estudiar el tratamiento de la imagen del jefe de Estado (cómo va variando su imagen, los distintos enfoques, si se le rejuvenece en los dibujos) o qué personajes históricos son homenajeados en las emisiones (lo que da una idea de las debilidades artísticas o políticas de la entidad emisora).
Además, desempeñan un papel importante los textos y lemas que se incluyen en el sello. Estos pueden ser aclaratorios, y relacionan el dibujo con un hecho o conmemoración determinado, como en las series dedicadas a los juegos olímpicos. Pero también pueden ser una consigna (¡¡Dejadles nacer!!), como en el sello contra el aborto lanzado en 1975.
En el caso de los décimos de lotería, los principales elementos distintivos son el motivo y la ubicación del sorteo. El primero fue un mero ornamento, con motivos alegóricos o símbolos del Régimen, hasta 1960. A partir de ese momento se empezaron a incluir dibujos de temas monográficos, como monumentos españoles, refranes populares o historia de la lotería.
Además de todo esto, los sellos, billetes y décimos de lotería aportan información sobre otros muchos aspectos, como los tipos de papel, las técnicas de impresión -calcografía o impresión en relieve, litografía y huecograbado son las más importantes- o los formatos. El coleccionista podrá descubrirlas al sumergirse en este mundo fascinante.
Un álbum de lujo con toda la información
Para que la colección 'El franquismo en sellos y billetes' pueda ser disfrutada como es debido, EL MUNDO ha elaborado un álbum de lujo en el que poder guardar las piezas, aprender más sobre ellas y deleitarse en su contemplación. Este domingo, con el periódico, los lectores lo recibirán de forma gratuita con los cuatro primeros ejemplares de la colección (dos hojas bloque de sellos, un décimo de lotería y un billete de banco).
En sus 160 páginas caben todos los datos necesarios para comprender más el franquismo y sus emisiones en papel, así como completas fichas individuales de cada una de las piezas, que desvelan aspectos no perceptibles a primera vista. Además, se incluyen unas hojas de cartulina con troquelados especiales, que facilitan la colocación y fijación de las hojas bloque, billetes y décimos, para la mejor conservación de las mismas. Su encuadernación, cosida al lomo y con tapas forradas en geltex y estampadas en oro, le otorga un aspecto robusto y elegante.
Quienes ya realizaron la colección 'La Guerra Civil española en sellos de correos' tienen una nueva oportunidad para hacerse con un volumen completo, manejable y didáctico.
