ROMA.-
Los estudios sobre los restos del heredero de los Médici, Francesco I y de su mujer, Blanca Cappello, han servido para desvelar uno de los grandes misterios del Renacimiento italiano, ya que no murieron de malaria, como se creía, sino que fueron envenenados con arsénico, informa Efe.
En opinión de un grupo de profesores y forenses italianos de las Universidades de Florencia y Pavía se tiene que volver a escribir la Historia, pues el Gran Duque Francesco I y la que fue su segunda mujer, Blanca Cappello, fueron asesinados.
En un informe científico recién publicado y que se convertirá en un libro que saldrá a la venta en Italia a finales de enero, los expertos demuestran que en los restos encontrados de Francesco I y Blanca Cappello hay una alta presencia de arsénico.
La tarde del 8 de octubre de 1587, después de un día de caza, Francesco I, de 46 años, caía enfermo con fuertes dolores abdominales. Poco después, su mujer Blanca, de 39 años, acusaba los mismos síntomas.
La muerte del heredero de la familia Médici tras once días de agonía y de su mujer Blanca sólo 11 horas más tarde se convirtió en todo un misterio histórico.
Las principales sospechas han recaído siempre en el hermano pequeño de Francesco, el cardenal Fernando I (1549-1609), que con su muerte heredó la corona ducal (1587), abandonó el capelo cardenalicio y contrajo matrimonio con Cristina de Lorena.
El mismo Fernando I fue sin embargo el encargado, para acallar los rumores que le acusaban, de ordenar la autopsia de su hermano y de publicar los resultados, que concluyeron que los cónyuges murieron de malaria perniciosa.
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