Intérpretes: Javier Colis (voz, guitarra), Jesús Palacios (guitarra), Sergio Ceballos (bajo), Saúl Cortés (teclados), Adrián Ceballos (batería)./ Escenario: Boca del Lobo (Madrid)./ Fecha: 28 de diciembre.

Calificación: ***

MADRID.- Los Colis constituyen una de las familias ibéricas de artistas más rompedoras. Y no sólo porque Nacho Colis haya aporreado la batería sin cesar con Corcobado y demás artistas de culto, sino además por la trayectoria de su primogénito Octavio (pintor mayor donde los haya) y, desde luego, por el empuje experimental de Javier Colis, que ha inscrito la presentación de su segundo álbum con Las Malas Lenguas, dentro del programa Nuevos Creadores que trata de revitalizar las efemérides de la Movida.

Un programa que, ahora bajo pulso institucional, da cancha en los próximos días a Tachenko, Havalina Blu, Toscano y Montevideo, aparte de recordar en concierto que siguen existiendo los Burning, Siniestro Total y José María Granados.

Radio 3 grabó la exhibición de poderío desplegada por Javier Colis, a iniciativa del insustituible Jesús Ordovás, memoria viva de la nueva ola madrileña al que ninguna reconversión del ente público debiera apartar del micro. Y es que, a propósito de su lanzamiento El futuro ya no es lo que era, grabado sobre la marcha en el Colegio Mayor San Juan Evangelista, Javier Colis traía bajo el brazo las lecciones mejor actualizadas de Tom Waits, Bob Dylan e Iggy Pop.

Lecciones de rock trance que al artista le han servido finalmente para crear un discurso musical personalísimo. Tanto que la versión de la Iguana que nos regaló, Night Clubbing, le sonó cien por cien visceral. Y que con Dylantrópica reverenció al maestro judío en materia de marchamo rítmico, yendo luego mucho más allá de lo que suelen ir sus discípulos.

Javier Colis tiene mucho de Antonin Artaud en escena, partidario como es de la catarsis. Así que se nos mostró cool al principio, embaucador a renglón seguido y decididamente hipnótico, según envolvía al público bajo el manto de su despliegue acústico. Sonidos fuerte, vitriólicos, fueron los suyos a medida que desgranó temas como Lucy es de skay, Dos gramos de tranquilidad, Huye muy lejos de ti, Hay tanta luz y Tuyo es, mío no, todos ellos cortados por el patrón de la jaculatoria, el micropoema y el mantra de la descarga eléctrica.

Pasar por alto las dotes que Javier Colis posee como cantante-actor es ignorar buena parte de su propuesta. Por tanto, aunque el reducido escenario de la Boca del Lobo no le diera sino para movimientos de ojos y muecas, el suyo fue un concierto de los que merece la pena escuchar en primera fila. También lo pedía su lograda estilización de la estética mod, corte de pelo y negro riguroso en el vestuario incluidos, trufada de guiños al estado de ánimo transporting.

Al final de su concierto, Javier Colis recordó a los presentes que Silvia Grijalba sigue siendo miembro musical de la banda por derecho y coautora de muchos de sus temas, aunque no estuviera en ese momento bajo los focos. Dimito, El vendedor, Ven a jugar, Acércate, Desfilar y, cómo no, El Ejido blues, también se contaron entre sus interpretaciones.