Y si el actual presidente decide no postularse a la reelección, lo más probable es que su esposa, Alicia Fernández, le suceda en el cargo. Desde la época de Juan Domingo Perón y Evita Duarte, no ha aparecido en el escenario una pareja tan bien avenida -políticamente- como la de El Pingüino y su consorte. El índice de popularidad de Néstor, según los últimos sondeo, supera el 60% mientras que el de Alicia ronda el 55%. Suficiente como para desmoralizar a una oposición fragmentada que no consigue hallarle el talón de Aquiles al ex gobernador de Santa Cruz.

En los tres últimos años, la economía argentina ha crecido a un ritmo de 5,7%; la producción industrial se ha incrementado en cerca del 8% y la pobreza ha disminuido en casi un 20%.

Pero lo extraordinario del caso es que el gobierno no haya tenido que mover un dedo para conseguir los resultados que se aprecian.Nada que no fuese aprovechar esa ley de Arquímides, por la cual las economías que se hunden salen a flote por su propia inercia.Eso y la alta cotización de los productos primarios -principalmente la soja- gracias a la gigantesca demanda del mercado chino, explican el milagro argentino.

Roberto Lavagna, ex ministro de Economía de Kirchner y posible candidato a la presidencia, señala, con conocimiento de causa, que en vez de aprovechar la bonanza para diversificar las exportaciones y modernizar la industria, su antiguo jefe actúa cómo el clásico líder populista: despilfarrando los recursos en planes sociales de corto alcance, en beneficio de sus aspiraciones políticas.Gracias a un aceitado mecanismo de propaganda, Kirchner ha podido convencer a muchos ciudadanos de que las críticas emanan de la frustración de sus detractores, ante su inminente victoria electoral.