RAFAEL NAVARRO
La crisis de la compañía Air Madrid va a abrir un amplio debate sobre el bajo coste, especialmente en el ámbito de las aerolíneas.El mantenimiento de los aparatos, las medidas de seguridad y las cancelaciones de vuelos vendidos con mucha antelación, han alertado tanto a los clientes como a las autoridades aeronáuticas internacionales sobre la conveniencia el nuevo modelo. No en vano, coincidiendo con la suspensión de vuelos y pagos de la firma mallorquina, otras dos low cost británicas, CT2 Flights y Loco Fligths, también han anulado sus operaciones por bancarrota y han dejado a miles de pasajeros sin poder acudir a sus destinos.
El auge de las compañías de bajo coste está directamente relacionado con la buena acogida de la venta por internet de billetes y reservas de hoteles. Este fenómeno está cambiando los hábitos en todo el sector turístico. La reducción de gastos intermedios ha permitido la universalización del uso del avión. Pero el efecto positivo para los clientes en los precios, ha tenido como contrapartida el incremento del tráfico aéreo y la congestión de los principales aeropuertos por el aumento tanto de compañías como de pasajeros.
Ése es uno de los grandes retos a los que se va a enfrentar la aviación en los próximos meses y años. No en vano, la propia Iberia debe demostrar este año si su apuesta por el bajo coste a través de Clickair es efectiva para competir con las aerolíneas que están captando los destinos con más densidad de pasajeros, en trayectos de corta y media distancia.
Afortunadamente, la compañía española de bandera tiene, a priori, un ejercicio con una aparente paz laboral. Los pilotos de su temido sindicato Sepla lograron el pasado año, tras tres jornadas de huelga y 700 vuelos cancelados, que la compañía aceptase sus peticiones laborales. La más sorprendente fue la garantía de los puestos de trabajo hasta 2011. Una medida que inmediatamente tuvo que hacer extensiva al resto de empleados a petición de los sindicatos UGT y CCOO. Toda la plantilla ha logrado así protegerse del posible impacto de la nueva aerolínea Clickair que ya ha comenzado a volar.
Aunque el sector aéreo va a volver a estar pendiente de nuevas alianzas entre compañías -la más inminente podría ser la búsqueda de un socio para la italiana Alitalia-, hasta los gigantes tienen pies de barro. El año 2007 va a ser crucial para el consorcio europeo EADS, que ha sufrido una notable pérdida de credibilidad con el retraso del Airbus 380 y las investigaciones sobre información privilegiada que han provocado la renovación de su cúpula directiva.
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