En el podio del Gran Premio de Brasil 2005, Fernando Alonso celebraba su primer mundial conquistado y miraba al futuro, hacia 2007.Sabía que el 1 de enero de ese año sería libre para marcharse a otro equipo. Entre la gloria y la emoción, el español tuvo tiempo de cruzar cuatro frases con Ron Dennis, el patrón de McLaren, presente en la entrega de premios de una carrera que había ganado uno de sus monoplazas. El lord británico observó cómo Alonso miraba el chasis plateado de los Mercedes. El diálogo fue conciso.
Alonso: Vuestros coches son muy rápidos.
Dennis: ¿Te gustaría pilotar uno de ellos en el futuro?
Alonso: Estaría encantado.
Dos semanas después, en el circuito de Suzuka, ambos estaban firmando el contrato por el que el joven campeón se vinculaba con la mítica escudería por tres años, a partir de 2007. «Fue mucho más fácil de lo esperado contar con él. Conectamos enseguida», confesó hace pocas semanas Ron Dennis en un encuentro con periodistas españoles en la fastuosa sede del equipo inglés. En Woking, en sus impolutos pasillos y futuristas estancias, ya se encuentra Fernando Alonso sacando punta al MP4-22, el McLaren de la próxima temporada. Prueba la aerodinámica en el túnel de viento, mide sensaciones en el simulador y cruza datos con los ingenieros.A su lado, de escudero, está Pedro Martínez de la Rosa, el piloto probador que tanto tiene que ayudarle este curso. El catalán se quedó sin coche oficial, otorgado a Lewis Hamilton, pero su mayor ilusión en estos momentos es hacer campeón de nuevo a Fernando Alonso.
El reto es grandioso. Uno más en la explosiva carrera del asturiano.En 2005 se proclamó el campeón más joven de la historia, con sólo 24 años; en 2006 derrotó a un grandioso Michael Schumacher, en el año de su retirada; y ahora su objetivo es subir al trono en McLaren, donde su ídolo, Ayrton Senna, sumó tres coronas mundiales.A Fernando ya sólo le falta un título para alcanzar la cifra del fallecido piloto. Logro por el que peleará en un equipo nuevo, sin apenas adaptación, y con el perjuicio de tener que utilizar una marca nueva para él y para McLaren de neumáticos: Bridgestone.La Federación Internacional de Automovilismo impuso un único proveedor para 2007 y fue la multinacional japonesa la que resistió en las pistas, ante la renuncia de Michelin, el mejor aliado de Alonso en los dos mundiales conquistados con Renault.
El 'número uno' en la parrilla
De cómo se adapte el MP4-21 a las gomas y de la evolución mecánica del coche dependerá el éxito del mejor piloto presente en la parrilla. Con Michael Schumacher nadando con ballenas o gestionando su fabulosa fortuna, Fernando Alonso es el máximo referente en los circuitos. Las casas de apuestas miran hacia Kimi Raikkonen, también de estreno en Ferrari, como máximo favorito, debido al poderío que ha demostrado en 2006 la escudería italiana tanto en motores como con los Bridgestone. La tradición también señala las dificultades que tienen los recién llegados para hacerse con el Mundial en su estreno. Pero Alonso está empeñado en reescribir la Fórmula 1 desde su ambición y calidad. En la primera prueba que realizó a bordo de un McLaren, en Jerez, sus tiempos estuvieron muy cerca de los mejores, a pesar de las grandes diferencias existentes entre el R26 y su nuevo coche.
«Hemos fichado a Fernando Alonso porque es muy rápido e inteligente», según Ron Dennis. En ese binomio de cualidades, sustenta McLaren su apuesta. La fe en el español es absoluta, más aún tras las primeras vueltas rodadas en plata. El equipo está convencido de que la sequía de triunfos de 2005 (primera temporada en la última década que terminaban sin ningún gran premio ganado) acabará de la mano de su primer piloto. Un bicampeón que sale reforzado de la anterior campaña, donde se enfrentó al mejor Schumacher y a una serie de circunstancias y sanciones demoledoras en el plano psicológico. Se rehizo, volvió a ganar el título en las curvas de Interlagos y se colocó en un grupo de campeones con apellidos ya históricos como Fittipaldi, Stewart o Hakkinen.
Alonso luce ya palmarés y señas de identidad, cualidades clave para construir la leyenda. Su salida en el último Gran Premio de Hungría, bajo una lluvia pertinaz y partiendo desde la decimoquinta posición, está incluida en su álbum de hazañas personales. Bailó en el asfalto empapado, superó con rabia a Schumacher y llegó a colocarse líder. Después rompió, pero su sucesión de adelantamientos ya es un clásico de los vídeos que circulan por internet.
Enfrente tendrá de nuevo a Ferrari, con toda la carga de pedigrí y ansia de victoria que manejan en Maranello, sobre todo después de haber perdido los dos últimos campeonatos ante el irreductible español. Kimi Raikkonen llega como cabeza de cartel, pero el gran rendimiento de Felipe Massa en 2006, con dos victorias, y su conocimiento previo del equipo, le convierten también en un candidato al título, ahora que Michael Schumacher no estará para exigir privilegios de líder. En Renault añorarán a Fernando Alonso, mientras dejan sus fiables monoplazas en manos del irregular Giancarlo Fisichella y el novato Heikki Kovalainen.
