JOSÉ MANUEL VIDAL
Los obispos condenan el atentado de ETA en la T4 de Barajas. Algunos, como el cardenal Angel Cañizares, primado de Toledo, lo califican de «espantoso e inhumano».
Otros, como el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, aseguran que «ha herido gravemente la esperanza de la sociedad». Pero todos coinciden en señalar que la Iglesia no pierde totalmente la esperanza en acabar con la lacra terrorista.
El purpurado de Toledo hace votos para que «llegue cuanto antes el fin del terrorismo». Monseñor Blázquez pide «vernos libres» de él. Donde discrepan ambos prelados es en el método a seguir para alcanzar el fin de la violencia.
Monseñor Cañizares se muestra contrario a cualquier tipo de negociación: «ETA debe desaparecer, debe disolverse sin condiciones. Con el terrorismo, con los terroristas, no se negocia, no cabe negociación política; es necesario que se mantenga vivo y firme el Estado de Derecho, con la unidad de todas las fuerzas políticas y sociales en ese mantenimiento del Estado de derecho».
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