Restos de petardos y cohetes esparcidos por todos los rincones del suelo. Botellas vacías, latas de refrescos, jerséis y otras prendas abandonadas de cualquier manera. Ni un alma en la calle.
Bajo un cielo panza de burra, las calles de Villaconejos estaban ayer mucho más desiertas de lo habitual para la mañana del 1 de enero. Aunque no eran los efectos de la noche de Fin de Año. La resaca festiva se mezclaba ayer, en esta localidad del sur madrileño, con sentimientos de venganza satisfecha, arrepentimiento y miedo.
«Hay que decir que todo el pueblo prendió el fuego. Unos 500 vecinos fueron los que protagonizaron este suceso del que, de ninguna manera, ni ellos mismos, ni el Ayuntamiento nos sentimos en absoluto satisfechos», señaló con el rostro apesadumbrado el alcalde de la localidad, Lope Benavente.
En opinión del regidor, la situación viene de lejos, exactamente «desde hace seis o siete años, cuando se instaló en el pueblo Javier Bernuy». «Desde el primer momento, este hombre no ha dejado de tener un comportamiento amenazador con todo el mundo», añadió Benavente.
«Algunos propietarios de establecimientos me han dicho que van a venderlos, porque son lugares que frecuenta Bernuy y a dónde él va, ya no entra nadie del pueblo y, claro, esto es la ruina para un bar», señala el alcalde.
La opinión de Benavente no difiere de la del resto de vecinos con los que ayer pudo hablar este periódico. «Se lo tenía merecido. El Calvo [así se conoce en el pueblo a Bernuy] es un hijop... y no respeta una mierda. Va en dirección contraria, no paga en los sitios en los que entra, amenaza a la gente....», afirmó uno de los parroquianos del Café Simón, quien declinó dar su nombre.
A su lado, la que parecía ser su mujer añadió: «Iba a buscar a sus hijos al colegio y dejaba el coche en la puerta y casi ni permitía pasar a nadie, pero cualquiera le decía nada, daba miedo; mira lo que hizo el otro día en La Nuit».
La Nuit es el antiguo nombre de un bar que ahora se llama El Cachete. El sábado 30, El Calvo desembarcó con 15 amigos y destruyó el local. «Al dueño le pegaron con un taburete en la cara y lo rompieron todo», afirman los del pueblo.
Al parecer, días antes, un vecino de Villaconejos, cansado de las bravuconadas de Bernuy le hizo frente en ese establecimiento, llegaron a las manos y le dio una paliza. «Si no se lo quitan de las manos, lo tritura. El Calvo se fue con el rabo entre las piernas, pero luego volvió con sus amigos», señaló el parroquiano.
Hacia mediodía, las nubes parecían dispuestas a dejar entrar a un sol que no lograba calentar el ambiente. Una anciana que pasaba por allí lo tenía bien claro: «La culpa de esto no es de los de Villaconejos, sino de los jueces y las leyes. No es de recibo que detengan a un delincuente de la categoría de ése y al día siguiente, esté otra vez en la calle. Y así muchas veces. Si se han tomado la justicia por su mano es porque no hay justicia».
YA HUBO UN PRIMER CONATO DE MOTIN EL DIA 30
«La noche en la que se produjeron los sucesos de 'El Cachete', en los que Bernuy destrozó este local, hubo un primer intento de motín de muchos vecinos para ir a su casa, aunque en aquella ocasión, logré detener a la gente pero ayer cuando me enteré, ya se había iniciado el incendio. Viendo las cosas que ha hecho día tras día este señor, y que a pesar de ellas saliera libre al día siguiente de entrar en la cárcel, es algo que se veía venir», señaló el alcalde de Villaconejos, Andrés Lope Benavente (PSOE). Según el primero edil, el propio Ayuntamiento de esta localidad madrileña tenía pensado convocar para la próxima semana una manifestación y posterior recogida de firmas entre los vecinos «para mostrar la disconformidad hacia la total impunidad con la que actúa habitualmente Javier Bernuy e intentar que las autoridades competentes tomasen medidas para evitarlas».
Del mismo modo, según aseguró Benavente, a partir de la próxima semana, la Guardia Civil va a instalar una oficina en Villaconejos (el puesto de la Benemérita más próximo a esta localidad es el de Chinchón, del cual depende), con el fin de recabar información entre todos los vecinos sobre el comportamiento que ha mantenido hasta la fecha Javier Bernuy.
Mientras tanto, en Villaconejos se teme que llegue el día de hoy. «Verás como mañana, en cuanto que lo vea un juez, lo suelta, como siempre ha pasado. Entonces ya verás cuando venga 'El Calvo' y se encuentra así su casa, la que va a montar», señaló ayer con miedo un vecino.
