Martes, 2 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6225.
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 MADRID
San Silvestre Vallecana
Una marea de récord invadió la calle
Más de 20.000 corredores participaron en la tradicional carrera de fin de año, que batió registros de participación y asistencia de madrileños para ver el paso de los corredores, en una prueba que tuvo una organización perfecta
ALFREDO MERINO

No les hizo falta saberlo. A ninguno de los más de 20.000 corredores, que el pasado 31 de diciembre a las 18 horas estallaron en gritos de júbilo, al tiempo que echaban a correr como locos, les hizo falta saber lo que había declarado solemnemente la Asociación Internacional de Atletismo, IAAF: que la San Silvestre Vallecana es la mejor carrera de fin de año.

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Los que ya la habían corrido lo sabían de sobra de anteriores ediciones. Los primerizos, lo intuían. Aquello era una fiesta. Pero una fiesta bien organizada.

Es de recibo que lo primero que debe aparecer en esta crónica es la organización de la prueba. Fue impecable. Del mismo modo que en alguna edición anterior se produjeron algunos fallos, en esta debe señalarse la precisión de la puesta en escena de la carrera popular más querida de los madrileños.

En primer lugar, el lugar de la salida debe ser considerado como de los mejores entre los muchos que ha tenido esta veterana prueba. El arrimo del Santiago Bernabéu, el edificio deportivo con más historia y peso específico de Madrid, le dio un barniz especial a la carrera, hasta el punto de que muchos consideran que ya ha encontrado el punto de salida definitivo.

La anchura de la calle de Concha Espina y sus aledaños permitió, como nunca hasta ahora, disminuir los agobios propios de los momentos previos a la prueba que siempre afectan a los deportistas.

Muro en la salida

Una avenida de estas dimensiones es lo más idóneo para comenzar un evento de estas características. Y aunque contaba con el pequeño pero de la subida hasta Serrano, una auténtica pared, el que estuviera situada allí, justo al comienzo de la carrera, minimizó los daños. Entre la euforia, el cuidado para no pisar y no ser pisado por los otros corredores y el adecuar ritmo de carrera y respiración hicieron que, cuando la mayoría quiso darse cuenta de eso, de que estaba subiendo un muro, ya lo habían superado.

Luego fue coser y cantar. O casi. Si esta edición batió el récord de participantes, con más de 20.000 inscritos, también se batió el de participación ciudadana. La de anteayer fue la edición con más gente en las calles para animar el paso del sufrido e interminable pelotón pistacho (el color de sus camisetas).

Serrano, Alcalá, Cibeles, El Prado, Atocha, avenida Ciudad de Barcelona y, sobre todo y como siempre, Vallecas se echaron literalmente a las calles. De principio a fin de la prueba, los espectadores formaron un pasillo que no quedó interrumpido prácticamente en ningún punto de los 10 kilómetros de recorrido. Y eso animó a los atletas populares.

Dentro de la carrera como siempre, pero más exagerado. Los disfraces, que son una de las expresiones más representativas de esta fiesta deportiva, fueron a más. Los había a cientos y de todos los pelajes. Hadas, condones, esqueletos, ángeles, diablesas, enfermeras de piernas peludas... la nómina tan interminable como la forma física de muchos de ellos. Daba gusto ver correr a toda mecha a una partida de vikingos rumbo a la Puerta de Alcalá, entre el regocijo de los espectadores.

Todo fue más o menos como estaba previsto, hasta la llegada a Vallecas. La avenida de la Albufera puso en un aprieto a la mayoría de los participantes. El tramo era una de las novedades del itinerario de esta última edición. Consistía en subir directamente por la amplia vía, hasta casi el estadio del Rayo. Se trata de una interminable cuesta de más de un kilómetro y medio de longitud que para muchos les supuso detener su carrera. Con todo, la animosa barriada dio alas a la mayoría, no sólo a los muchos angelotes que pasaban al trote.

Y así se llegó a la meta. El primero de los populares que la cruzó invirtió 29:42 minutos, mientras que los últimos superaron la deseada línea después de hora y media de esfuerzo. Por cierto, que el tiempo realizado por el vencedor de la San Silvestre Popular, le hubiera situado en la posición 13 de la carrera profesional, celebrada a continuación, algo que señala la inconveniencia de celebrar dos pruebas diferenciadas entre populares y profesionales.

Más información en Deportes. Página 48

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