La música en directo crece y crece en público. El año 2006 fue desbordante de conciertos, con profusión de festivales y un buen número de macroconciertos. En Madrid, el rehabilitado Palacio de Deportes se ha convertido en la sede de las grandes giras, tanto nacionales como internacionales. Afortunadamente, se ha evitado que los madrileños del centro tengan que desplazarse a Leganés o Carabanchel para ver un concierto.
Si la necesidad de un gran recinto cubierto se ha solucionado, no ocurre lo mismo con las salas de aforo mediano, una de las asignaturas pendientes de la capital. Tras el cierre en marzo de Aqualung, salas como Joy Eslava han comenzado a programar conciertos, pero su aforo se queda pequeño para muchos artistas.
Durante estos meses, La Riviera ha acogido la gran mayoría de recitales que en teoría se hubieran celebrado en Aqualung. Y si ya la acústica de la sala es bastante mejorable, durante todo este año el público ha tenido que soportar de forma estoica y a riesgo de su integridad las obras de la M-30. Paul Weller no lo dudó y dijo que allí no tocaba. La imagen de las hormigoneras circulando por la calle de acceso al recinto habla por sí sola. A la espera de mejores tiempos quedamos.
La primera semana del año suele sorprender con un gran concierto, quizás aprovechando la escasez de giras que se celebran en estas fechas. El dúo británico Pet Shop Boys es la gran estrella de los próximos siete días. Presentarán en el Palacio de Deportes y a precios populares -de 16 a 21 euros, no está nada mal- su último trabajo, Fundamental.
Neil Tennant y Chris Lowe se toman su carrera con calma -tres discos en los últimos siete años-, pero esta temporada han trabajado duro. Además de presentar sus nuevas canciones en varios festivales de verano y cerrar el año con una gira por Estados Unidos, Pet Shop Boys visitaron Segovia para interpretar la banda sonora que han compuesto para el clásico del cine El Acorazado Potemkin.
Sabios artesanos de la fusión entre el pop y la música electrónica, pero no sólo eso. Haciendo honor a su condición de músicos británicos, a los que no les chirría hablar de sus políticos y sus conciudadanos, en Fundamental sacan su vena más crítica. Entran en la polémica de la implantación del documento de identidad en el Reino Unido y, en su primer single, hablan de la relación entre Bush y Blair. I'm with stupid, se titula en tema de marras. Como teloneros esa noche actuará Fangoria, también presentando disco, El extraño viaje. Además, el conjunto de glam-sex Nancys Rubias y el trío Pastora.
También en el Palacio de Deportes, pero el domingo, actuará RBD, el grupo mexicano nacido de la serie Rebelde, una especie de UPA Dance a la mexicana. Los precios, esta vez sí, quitan el hipo: de 44 a 127 euros por ver a este combo juvenil. Ni los Rolling.
En La Casa Encendida inauguran el año con sonidos procedentes de Islandia. Jóhann Jóhansson, Skúli Sverrisson y Hildur Gudnadóttir protagonizarán un ciclo de tres conciertos donde se oirán géneros diversos: folclore, contemporánea y experimental.
Continúa esta semana el programa de conciertos nuevos creadores alumbrado con motivo del homenaje a la Movida. Hoy mismo, en la sala Moby Dick y gratis, una propuesta de lo más recomendable: Jonston y PAL, ambos del sello Limbo Starr. El madrileño Jonston practica un rock desgarbado y preñado de melodías, con letras en castellano que muerden el sentimiento con surrealismo y humor. El underground madrileño lo vio crecer y ya está a punto de publicar su disco de debut.
Otros artistas interesantes que participan en el ciclo son Underwater Tea Party -pop de aroma británico, mañana en Galileo-, Humbert Humbert -punk electrónico sin cuartel el viernes en Siroco-, Corazón -melodías cristalinas para trazar las líneas invisibles que unen amor y desamor, el sábado en Galileo- y el pop de corte naïf de Montevideo, el domingo en el Café de La Palma.