La ofensiva etíope lanzada el 24 de diciembre ha desalojado a las Cortes Islámicas de todas las ciudades de Somalia que controlaban. El último reducto en ser ocupado por los militares del Gobierno de Adis Abeba fue la localidad portuaria de Kismayo, alcanzada ayer tras una dura batalla con intercambio de fuego de artillería.
«Los islámicos han abandonado Kismayo y nuestras tropas están en camino hacia allí», afirmó el portavoz del Gobierno de transición somalí, Abdirahman Nur Mohamed Dinari. «Tengo informaciones de que las milicias están yendo hacia la frontera con Kenia», agregó.
La ciudad estaba ayer en calma, con la gente que, durante la mañana, se preparaba en las calles para recibir a las fuerzas del Gobierno de transición y a los soldados etíopes. No se produjeron escenas de violencia y la gente estaba sorprendida por la facilidad con la que los combatientes islámicos perdieron sucesivamente sus principales bastiones.
El pasado jueves, los milicianos se retiraron de Mogadiscio, la capital somalí, cuatro días después de la ofensiva que lanzó Etiopía por aire y por tierra para apoyar al Gobierno de transición. Las Cortes Islámicas habían llegado a ocupar en los últimos meses amplios sectores del centro y el sur del país, pero perdieron todas las áreas que controlaban.
Al contrario que en Mogadiscio, donde la salida de los milicianos fue seguida por graves hechos de violencia y saqueos, en Kismayo no ha sido así. Fuentes próximas a las Cortes Islámicas dijeron que más de 4.000 combatientes se dirigían hacia el sur. Antes de que salieran de Kismayo, considerada como la segunda ciudad en importancia de Somalia, el portavoz de las milicianos, Mohamud Ibrahim Suley, se había mostrado más optimista: «La lucha es esporádica, no hay bajas todavía entre nuestras fuerzas, pero sabemos que hemos destruido un vehículo militar del enemigo», dijo en declaraciones telefónicas. «Los muyahidin comenzarán la lucha planeada en toda Somalia. No quiero adelantar los planes hasta que no comiencen, pero estoy seguro de que el enemigo no descansará en nuestro país», agregó Suley.
Sin embargo, antes de abandonar Kismayo los combatientes islámicos se enfrentaron entre sí a causa de disputas sobre la marcha de la guerra. Medio centenar de milicianos originarios de la mencionada localidad portuaria se negaron a acudir al frente de batalla y comenzaron a disparar a las fuerzas de las Cortes Islámicas.
Todavía no está claro dónde replegarán los combatientes. Fuentes próximas a los líderes religiosos dijeron que fueron hacia la península de Raskiamboni, controlada por el jeque Hasan Abdule Hersi, conocido como Hasan Turki. Este dirigente islámico está incluido en la lista que maneja Estados Unidos de personas sospechosas de estar vinculadas con el terrorismo internacional.
Por otro lado, el Gobierno provisional de Somalia anunció ayer que comenzará un programa desarme que en principio se aplicará en Mogadiscio, pero que se espera extender al resto del país, uno de los más violentos del continente. Desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, Somalia vive en medio de la anarquía y sin un Gobierno que haya logrado imponerse en todo el país. Las armas se pueden encontrar libremente en los mercados, lo que ha convertido a Mogadiscio en la ciudad más peligrosa de Africa.