R. A.
PARIS.-
Se diría que es un vídeo 'amateur', un montaje rudimentario y casero donde aparece felicitando la Navidad una señora de 53 años que no lleva puesto maquillaje y que sonríe maternalmente a la luz de unas bombillas de colores. Pero hablamos de Ségolène Royal, aspirante socialista al trono de Francia y protagonista de un mensaje multimediático en internet que pretende relacionarla con el electorado joven y con una estética desvinculada de la prosaica rigidez política. No aparece la bandera del partido ni hay demasiadas alusiones a la campaña (www.desirsdavenir.com).
Tampoco el vídeo reúne calidad técnica ni pretensiones cinematográficas. Ségolène Royal quiere entrar en las casas como la vecina del quinto o como cualquier ciudadana a quien le conciernen los problemas del medioambiente, la delincuencia, la inmigración y el bienestar. Toda la aparente espontaneidad e improvisación del vídeo tiene detrás el enfoque de una campaña tan experimental, tan distinta y tan nueva como pueda serlo la hipótesis de una mujer en el Elíseo. Bien lo sabe Nicolas Sarkozy, aunque el ministro del Interior y líder del partido en el poder (UMP) no ha cambiado el estilo académico de su estrategia mediática.
La prueba está en el video con que, a su vez, felicita el Año Nuevo a los franceses, es decir, un montaje sobrio y algo petulante donde predominan los planos cortos y donde se destacan las dotes comunicativas del aspirante conservador. 'Sarko' previene implícitamente de los riesgos que implican encomendarse a una aficionada, pero, sobre todo, habla de seguridad y de inmigración con el crédito que supone haber gestionado ambos problemas desde la cartera de Interior. La suya.
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