FRANCISCO CABEZAS
BARCELONA.-
Muchos asalariados del balón han mirado estos días con envidia a sus colegas del Barcelona. El equipo azulgrana es el que más ha alargado sus vacaciones de toda la Primera división, y hoy volverá por fin a su rutina laboral. Un total de doce días -los mismos que el Celta- que, según el cuerpo técnico barcelonista, son los justos para que los jugadores desconecten tostándose al sol o visitando a sus familiares después de un año cargado de partidos (hasta 60). Se trata de aliviar «el gran desgaste físico y psicológico», según el tercer entrenador azulgrana, Eusebio Sacristán. Toda precaución parece poca para afrontar un mes de enero durísimo que puede marcar decisivamente el devenir de dos de las competiciones a las que aspira el Barça, la Liga y la Copa.
Los azulgrana pueden llegar a disputar hasta ocho partidos este mes de enero [cinco de Liga y tres de Copa del Rey, si se acaba superando la eliminatoria contra el Alavés]. Una fatigosa cuesta de enero en la que el equipo de Rijkaard no puede permitirse excesivos lujos. «Somos conscientes de que ya no se puede fallar demasiado», avisó Eusebio, durante un acto organizado por Unicef en el Salón de la Infancia.
El lustroso Sevilla de Juande Ramos comanda la Liga con tres puntos de ventaja sobre el Barça, que tiene un partido menos.«El Sevilla no es flor de un día. Es un equipo que lleva dos o tres años mostrando una gran progresión y un rival a tener muy en cuenta. Tiene visos de ser un aspirante serio».
El Barça abrirá hoy las puertas de la Masia y del gimnasio para que los jugadores se ejerciten en doble sesión. El primer partido del año será el domingo en casa del Getafe, una cita a la que no podrán acudir Ronaldinho y Deco, sancionados, además de los lesionados Zambrotta, Thuram, Messi y Eto'o.
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