Ha llegado enero y ahora cualquier club está legitimado para negociar con De la Peña. Su renovación sigue en el aire y en la directiva crece la incertidumbre. Daniel Sánchez Llibre y Pedro Tomás no albergan dudas: hay que renovarle como sea. Y por eso a mediados de diciembre volvieron a la carga comunicando al jugador que siguen interesados en la renovación. El objetivo es estampar la firma antes de febrero y evitar que este episodio se convierta en un nuevo culebrón. El jugador tendrá la paella por el mango: si quiere un año, lo tendrá, y las condiciones, en la medida de lo posible, las pondrá él. A la directiva le gustaría prolongar el contrato dos años más, pero si se tercia aceptará uno sin rechistar. Son las concesiones al mejor jugador de la plantilla. El Espanyol es consciente de que si se marcha no podrá sustituirle, porque un mediocentro de su talla vale más dinero de lo que el club puede soñar en pagar.

Ayer, tras el primer entrenamiento del año, De la Peña habló del tema a regañadientes. «El club se ha puesto en contacto con nosotros [él y su representante, Manel Ferrer]. Nuestra primera opción siempre será el Espanyol, pero lo importante ahora es el presente y no puedo hablar más», dijo sonriente, aunque visiblemente incómodo. Muchas son las voces que apuntan a que el centrocampista seguirá de blanquiazul en la medida en que el proyecto funcione y los resultados y los objetivos no se limiten en alcanzar la pírrica permanencia. Refuerza esta tesis que De la Peña siempre pide «ambición» a sus compañeros, y ayer no fue una excepción.No quiere pulular sin pena ni gloria por la Liga, aunque evitó admitir que la marcha del equipo condicione su decisión: «En los cinco años que llevo en el Espanyol, siempre he estado contento».

A día de hoy, dos son las alternativas al margen de la renovación.La primera es la retirada. De la Peña tiene todavía 30 años, pero ha confesado que colgar las botas ronda con insistencia su cabeza. Asegura que sólo juega para divertirse y de sus sensaciones en junio podría depender la decisión. La segunda es el Racing.El futbolista, que nació en Santander, vería como un romántico colofón terminar su carrera en el club de su ciudad natal. A su familia le encantaría su regreso, pero es conocido que a De la Peña le tira mucho Barcelona. También han aparecido en la última semana rumores sobre una oferta del Bolton inglés, algo que De la Peña desmintió.

Por otra parte, el Espanyol cedió ayer a Albert Yagüe al Lorca, de Segunda división. Sólo Jônatas, con permiso, se perdió la doble sesión de entrenamiento. Costa apuró al máximo sus vacaciones y se incorporó en la sesión vespertina.