La ciudad medieval rumana de Sibiu asumió ayer la capitalidad cultural de Europa correspondiente a 2007 -compartida con Luxemburgo- en una ceremonia a la que acudieron las máximas autoridades rumanas y representantes extranjeros, y que enlazó con los festejos por el ingreso de Rumanía en la Unión Europea (UE).
La capital rumana prolongó los festejos hasta la noche, cuando la Filarmónica de las Naciones, dirigida por Justus Franz, atacó la Rapsodia Rumana de George Enescu, en un concierto al que asistieron el presidente rumano, Traian Basescu; el primer ministro, Calin Popescu Tariceanu; y los representantes europeos de países como Luxemburgo y también de Alemania.
El presidente y el jefe del Gobierno participaron previamente en la inauguración de la nueva biblioteca de Astra, una sociedad creada en 1861 y que fue autora de la primera enciclopedia rumana en la misma Sibiu, capital de Transilvania.
El alcalde de la ciudad, Klaus Johannis, de ascendencia alemana, dio «la bienvenida a Europa» y presentó a Sibiu como la cuna de la cultura, la tolerancia y el mestizaje en su país.
Basescu calificó el año europeo, patrocinado por el Gobierno rumano, como «extremadamente importante» y agradeció a los habitantes de la ciudad por asumir la responsabilidad de ser la imagen de Rumanía en el exterior.
Señaló que la designación de Sibiu como capital cultural europea es una «gran oportunidad» para los rumanos de mostrar sus verdaderos valores, que son la cultura y la historia, así como tratar de borrar los estereotipos negativos sobre este país.
Fundada en el siglo XII por colonos alemanes llegados de la región del Rin que actualmente corresponde a Luxemburgo -empeñados en defender la frontera sur de Transilvania de los otomanos-, Sibiu cuenta con un riquísimo patrimonio arquitectónico, en el que sobresale su fortaleza de torres majestuosas y sus 15 iglesias antiguas, testigos de la convivencia entre las confesiones católicas, evangélicas y ortodoxas.
Sibiu tiene actualmente 185.000 habitantes, entre los que se incluye un pequeño grupo de ciudadanos de origen alemán (en torno al 1%), los últimos miembros de una comunidad que emigró tras la II Guerra Mundial.
Mencionada por primera vez en un documento en 1191 por el Papa Celestino III con el antiguo nombre de Hermannstadt, Sibiu fue una de las siete grandes ciudades alemanas de Transilvania (las Siebenburgen), conocidas por su desarrollo y prosperidad.
Cuidadosamente restaurada, la ciudad alberga el Museo de Arte Samuel Bruckenthal, abierto por el ex gobernador de Transilvania en 1817, con obras maestras de la pintura universal de autores como Antonello da Messina, Boticelli, Tiziano, Rubens, Jan Van Dyck, Memling y Bruegel.
Sibiu se enorgullece también de contar con el mayor museo etnográfico al aire libre de Europa, en un recinto de 96 hectáreas que expone 340 réplicas de edificios correspondientes a los estilos arquitectónicos de toda Rumanía.
La ciudad conserva numerosas instalaciones industriales del pasado: molinos de viento, de agua, prensas para vino, frutas y aceite o talleres de forja. Además, en los alrededores de la ciudad está la próspera región de Marginimea Sibiului, zona rica en tradiciones, en la que perduran unas 300 aldeas sajonas casi abandonadas con casas e iglesias masivas fortificadas (siglos XII-XV).
El programa de la capitalidad cultural de Sibiu incluye centenares de actos agrupados en 78 programas con contenidos de todo tipo: teatrales, musicales, literarios, historiográficos, arquitectóniocos y de patrimonio.
Mientras tanto, en Luxemburgo, el año nuevo entra con menos euforia. La ciudad centroeuropea bautizó su capitalidad cultural europea con un conjunto de instalaciones urbanas en la ciudad alemana de Saarbrücken, vecina de Luxemburgo y sede de muchas de las actividades de este curso junto a Metz, al otro lado de la frontera, en Francia.
El programa de Luxemburgo, abundante en proyectos de arte contemporáneo y los contenidos menos convencionales, tendrá una de sus primeras citas de tiros largos este sábado, cuando se represente Ni vu ni connu, una función teatral que servirá para presentar el programa de actividades de este año cultural.
Liverpool (Reino Unido) y Stavanger (Noruega) serán las próximas sedes de la capitalidad cultural europea. La Unión Europea no prevé que ninguna ciudad española vuelva a detentar este honor hasta el año 2017, aunque todavía no se ha designado la sede.