La modelo Kate Moss y el cantante Pete Doherty se han casado aprovechando sus vacaciones de Año Nuevo en Tailandia, según algunas informaciones que reprodujeron ayer las ediciones digitales de los diarios The Times y Corriere della Sera, entre otros medios de comunicación.
Según estas fuentes, la supermodelo y la estrella de la música pop han celebrado cierta «fórmula de compromiso formal» que certifica su noviazgo mediante una ceremonia celebrada en privado en una playa de Tailandia.
Poco más se sabe del enlace de la pareja, que ya fue fotografiada bebiendo champán y celebrando una fiesta en una villa que domina una de las playas de la isla de Phuket. Moss fue fotografiada entonces con los pies descalzos y con un vestido plateado puesto, mientras que Doherty llevaba un traje negro y el sombrero a juego, que se ha convertido en su característica más personal.
Portavoces, tanto de Moss como de Doherty, no pudieron confirmar ni desmentir que haya existido algún oficio de tipo religioso durante la ceremonia.
Los oficios matrimoniales en los que se incluyen rezos budistas, se vierte agua bendita sobre los contrayentes y se ponen guirnaldas de flores sobre los hombros se han hecho populares entre los turistas que visitan esta romántica isla tailandesa.
Estas ceremonias, sin embargo, no son vinculantes de acuerdo con la legislación del Reino Unido; los británicos que, como Moss y Doherty, toman parte en ellas deben celebrar la correspondiente ceremonia civil en el Reino Unido para estar casados legalmente.
Una amiga de Moss ha declarado al periódico Daily Mirror que «no parece que se haya tratado de una boda formal porque, en ese caso, Kate habría querido que su familia y sus amigos hubieran estado allí».
Gesto simbólico
«Lo más probable», añadió esta fuente, «es que se trate de un gesto simbólico para hacer ver a todo el mundo que los dos van en serio en sus relaciones. Sin embargo, a decir verdad, no hay ya nada que me sorprenda en lo que hagan Kate y Pete, así que no se puede descartar en absoluto que pueda tratarse de algo más serio».
Según las informaciones que han circulado, la ceremonia habría tenido lugar en el Hotel Amanpuri, también en la isla de Phuket. Sin embargo, una empleada del establecimiento manifestó estos días que, en el hotel, sólo se encontraban alojados algunos amigos de la pareja. La mujer añadió que Moss y Doherty se alojaban en otro hotel, el Trisara, donde sí se ha celebrado una ceremonia de boda. Los portavoces de este segundo hotel, que se anuncia como el «complejo turístico más íntimo y exclusivo de Tailandia», se han negado a hacer comentario alguno.
Al parecer, Moss y Doherty se casaron después de asistir a una fiesta ofrecida por el magnate David Tang, bien conocido en la sociedad local tailandesa.
Según parece, Moss, de 32 años, y Doherty, de 27, tendrían la intención de casarse, ya oficialmente, el próximo día 18, en una ceremonia legal que se celebraría en Inglaterra. Por ello, la pareja ha pedido a sus amigos que no adquieran otros compromisos para esa fecha, según ha informado el diario sensacionalista The Sun.
Sus relaciones, con un rosario de altibajos, están perfectamente documentadas desde que ambos se conocieron en la fiesta que dio Moss con ocasión de su 31 cumpleaños en la casa que la modelo tiene en Primrose Hill, al norte de Londres.
Las especulaciones sobre su boda han sido la comidilla de cada día desde que la pareja reveló su compromiso, el pasado mes de octubre.
Para entonces, ya habían pasado los tiempos más duros (por ahora) en la historia de la pareja. No en vano, Doherty, líder del grupo de rock Babyshambles, está cumpliendo una sentencia de libertad vigilada de dos años por delitos relacionados con drogas.
Entretanto, la carrera de modelo de Moss ha experimentado un gran impulso a pesar de haber sido fotografiada esnifando cocaína, junto a Doherty y otros amigos, en un estudio de grabación. La difusión de esas imágenes en un diario sensacionalista inglés significó la cancelación de muchos de los contratos de imagen de los que disfrutaba la modelo.
Sin embargo, el último año ha sido muy propicio para Moss, que ha reconstruido su agenda de clientes con firmas como, por ejemplo, Stella McCartney, Versace, Burberry, Bulgari, Calvin Klein o Top Shop.