Air Madrid voló a pesar de perder «gran parte de la información de su servidor informático» durante el pasado mes de agosto. Así lo certifica el informe elaborado por el director general de Aviación Civil, mediante el cual ordenaba el 15 de diciembre de 2006 la retirada de la licencia para volar de la que disponía la aerolínea de José Luis Carrillo.
La compañía de capital mallorquín sufrió durante el pasado verano una caída del servidor informático tras sustituir el sistema que venía utilizando por otro. A partir de entonces, y tal y como apunta el órgano dependiente del Ministerio de Fomento en su dictamen definitivo, Air Madrid extravió buena parte de sus datos esenciales hasta que esta pérdida alcanzó «a la gestión de la seguridad operacional».
Aviación Civil apercibió a la compañía el 21 de noviembre y, a pesar de ello, la situación empeoró. Nueve días después, se volvió a producir un problema en el sistema informático que, esta vez, llevó consigo la «pérdida de información extremadamente crítica» que imposibilitaba a Air Madrid seguir volando con seguridad. Esta misma resolución subraya que, a raíz de la caída del servidor, la compañía aérea operó sin hacer «las preceptivas copias de seguridad por falta de capacidad del dispositivo de copias de seguridad».
Las inspecciones
Este hecho fue reconocido por la propia aerolínea a los técnicos del Ministerio de Fomento que la inspeccionaron durante el pasado mes de diciembre en el marco del denominado «Plan de Urgencia» que se ha saldado con la retirada del permiso para seguir volando y con miles de pasajeros afectados que han tenido que ser realojados en aviones de otras compañías aéreas durante las últimas semanas. Los problemas informáticos constituyen tan sólo uno de los elementos que razona el máximo responsable de Aviación Civil, Manuel Bautista, para impedir a Air Madrid seguir operando. A ellos añade «la falta de cumplimiento del programa de mantenimiento de los aviones».
Más irregularidades
Y es que, como ya certificaron los inspectores de Fomento, las revisiones diarias que deben pasar los aparatos llegaban a efectuarse cada 685 horas y las actas de las mismas o bien quedaban sin firmar o si se estampaba una rúbrica en ellas no pertenecía a un profesional autorizado. Abundando en este sentido, Aviación Civil destaca que «el sistema de calidad» en Air Madrid era «inexistente», y que predominaba la «falta de control y garantía en la cumplimentación de las tareas de trabajo -Work Orders-» así como en los «diferidos» del avión. Esto es, en las revisiones periódicas.
Por citar algunos de los ejemplos que alberga el informe de Bautista, en uno de los Airbus que integraban Air Madrid se han encontrado hasta 16 irregularidades en diferentes «revisiones semanales». Por su parte, «las tripulaciones de cabina de pasajeros desconocían los procedimientos para tener al día los equipos de primeros auxilios».
Por todo ello el Ministerio de Fomento concluyó que «se incumplen las condiciones necesarias para realizar las funciones y responsabilidades pretendidas para una compañía con la complejidad de Air Madrid» y recordaba a la empresa sus obligaciones. Entre ellas, «el reembolso del billete o transporte alternativo al destino final en condiciones de transporte comparables»; «compensar económicamente al pasajero»; y «la atención gratuita al mismo ofreciéndole comida, llamadas y alojamiento».
Un solo mecánico con papeles
A la pérdida de datos informáticos el director general de Aviación Civil, Manuel Bautista, suma a la larga lista de irregularidades halladas en Air Madrid el hecho de que el Departamento de Control de Mantenimiento de la compañía no contaba con la cualificación adecuada. Hasta el punto de que «sólo uno de sus componentes justifica experiencia previa en control de mantenimiento».
En este sentido, el informe del órgano dependiente del Ministerio de Fomento precisa que, entre otros, integraban el departamento encargado de velar por el buen estado de los aparatos «dos administrativos sin experiencia previa en mantenimiento de aeronaves; un almacenero proveniente de otra compañía aérea; y un ingeniero técnico aeronáutico con experiencia previa en mantenimiento de aeronaves de tres meses a media jornada». Con respecto al currículum de este último empleado, Aviación Civil subraya que «no se presenta firmado ni se entregan referencias de su veracidad». Asimismo destaca el dictamen que «la figura del responsable de producción no está cubierta por persona alguna» lo que constituye «un grave incumplimiento».
