MADRID.-
El Gobierno se apresuró a responder que Txema Montero no disponía de información propia. Pero acertó. El pasado 11 de diciembre, el abogado y ex dirigente de Batasuna declaró en una entrevista al Diario Vasco que el proceso de paz había «descarrilado», y pronosticó la inminente ruptura del alto el fuego antes de final de año
«Con precaución diría que el proceso está estancado, pero yo creo que está más que estancado. Creo que tal y como fue diseñado [...] ha descarrilado. La negociación de doble vía ha fracasado. Ahora toca hacer lo imposible para que esto no se desbarate definitivamente», declaró, antes de añadir: «Creo que en 10 o 15 días tendremos una declaración de ETA en el sentido de suspender el alto el fuego indefinido».
La alarma desatada por las palabras de Montero provocó que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se pusiera en contacto con presidente del PNV, Josu Jon Imaz, para pedirle explicaciones. Según explicó posteriormente el ministro, el actual responsable de la Fundación Sabino Arana -ligada al PNV- había expresado únicamente «una opinión personal», puesto que ni mantiene relaciones con Batasuna ni dispone de datos propios.
En la misma entrevista, el abogado apuntaba lo que seguiría de manera inmediata a esa ruptura del alto el fuego: «Una consecuencia primera iban a ser atentados con muertos». Sobre el hecho de que ETA no hubiera matado en más de tres años, Montero señaló que eso se trataba de «un hecho efímero, porque al final pueden matar en tres semanas y volver a la situación anterior». Efectivamente, tres semanas más tarde ETA atentaba y el Gobierno daba por roto el proceso.
Montero acertó en lo fundamental, aunque erró en cómo la banda terrorista ejecutaría esa ruptura. A su juicio, ETA no contaba con la fuerza necesaria para cometer una atentado simbólico, como hizo el IRA durante el proceso de paz en Irlanda del Norte. «Discrepo de quienes piensan que ETA volvería mediante una especie de terrorismo de fantasía, poniendo bombas en lugares más o menos emblemáticos», dijo.
En los próximos días se podrá comprobar si se cumple otra de sus predicciones: que al atentado le seguiría una multitud de detenciones -sobre todo en Francia- que incluirían la de miembros de Batasuna.
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