ADRIAN CORNEJO
Los Bomberos del Ayuntamiento descerrajaron una puerta de la discoteca Jácara para desalojar a las 400 personas que se encontraban en su interior durante la fiesta de Nochevieja. La intervención de este cuerpo fue necesaria después de que una de las cerraduras de la puerta principal del establecimiento se estropeara y se tuviera que cortar el cierre de arriba a abajo para liberar a sus clientes, muchos de los cuales eran menores. La puerta, según la Policía Municipal, se había cerrado para evitar que el público que todavía aguardaba en la calle para entrar, irrumpiera violentamente en la discoteca. Varios jóvenes, indignados por no poder entrar a Jácara teniendo la entrada pagada, golpearon con vayas de protección y botellas la entrada, lo que provocó que el exterior y el interior de la misma se llenara de cristales.
Los agentes entraron posteriormente en el establecimiento y realizaron inspecciones, verificando en el atestado que en el local había menores -los efectivos realizaron 15 identificaciones aleatorias-, se estaban expediendo bebidas alcohólicas y la música se encontraba en funcionamiento. Los agentes de la Policía Nacional, tras ejecutar el desalojo -sobre las 4.00 horas-, informaron a los afectados de su derecho a denunciar lo ocurrido mediante los procedimientos habituales, en comisaría o a través de los organismos de Consumo del Ayuntamiento de Madrid.
Más de 30.000 euros
Los hechos ocurridos en la madrugada del día 1 en Jácara (Calle de Galileo, 26) no quedarán impunes. Así lo aseguró el gerente de la Junta de Chamberí, Juan Francisco Acosta, quien comunicó que «en caso de que la sanción impuesta fuera grave, podría acarrear a la sala de fiestas el pago de entre 30.000 y 60.000 euros». «La multa dependerá de la instrucción del caso. No sabemos si habrá sanción cautelar o si se cerrará el local, según los agravantes», dijo.
El propio Acosta comunicó que ayer mismo «se había ordenado una inspección inmediata del establecimiento» y que «siguiendo los hechos registrados en el parte de la Policía Nacional, se infringiría la Ley 2/2002 por venta de alcohol a menores, además de las correspondientes infracciones por superar el aforo permitido -según fuentes policiales en más del doble- y vender entradas a menores sin la autorización indicada».
El portavoz de la Junta de Chamberí, indicó también que «con la cancelación de la fiesta y la prohibición de la entrada al resto del público se impidió otra contravención: la superación efectiva del aforo y no sólo en el número de entradas vendidas».
Por su parte, la Consejería de Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid abrió una investigación para conocer los hechos, antes de recibir las pertinentes diligencias policiales.
Fuentes del Ejecutivo regional aseguraron que la Comunidad no tiene competencia al no haberse confirmado, por el momento, la venta de alcohol a menores. Este organismo informó también sobre la tramitación por parte de la Delegación de Gobierno de un posible delito de estafa y de alteración del orden público, en relación con los disturbios.
PARA 14 AÑOS, EN LA ENTRADA. PARA 16, EN LA PUERTA
El dorso de las entradas que se vendieron para la fiesta de Nochevieja en Jácara indicaba la edad mínima obligatoria para el acceso al establecimiento: 14 años.
Con la seguridad de tener garantizado su pase por escrito, varios menores de 16 años se acercaron al local para disfrutar de su primera Nochevieja en una discoteca, pero la realidad no fue la que esperaban. En la puerta de Jácara encontraron unos carteles que impedían su acceso: 'Prohibida la entrada a menores de 16 años (Art. 25 Ley 17/1997 de la Comunidad de Madrid)'.
A pesar de haber pagado rigurosamente los 45 euros de la entrada anticipada, todos los adolescentes de 14 y 15 años se quedaron fuera, junto al resto de las 500 personas que tenían localidad y no lograron acceder al recinto. Varios afectados culparon de los hechos a la persona que alquiló el local para la fiesta, que organizó una fiesta 'light' sin autorización y excedió el aforo.
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