El detenido se llama Francisco Javier A. del V. y carece de antecedentes penales. Su arresto fue posible gracias a la descripción facilitada por los testigos, que identificaron al autor del apuñalamiento como Francis. Fue apresado a primera hora de la tarde en los alrededores de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Alcalá. Según la Policía, trataba de interceptar a los testigos para que no le delataran ya que durante el día de ayer acudieron a las dependencias policiales para declarar como testigos en relación con el crimen.

La investigación ha sido desarrollada por los agentes de la Comisaría de Alcalá de Henares y del Grupo X de Homicidios de la Policía Judicial. El arma utilizada para acabar con la vida del vigilante no ha podido ser localizada. Según declaró ante la Policía el propio detenido, se deshizo de la misma instantes después de ocurrir los hechos.

La policía sigue con el caso para detener al menos a otras tres personas que también agredieron con palos a Ioan. El fallecido trabajaba desde el día 22 de diciembre como vigilante de la pista de patinaje sobre hielo instalada por el Ayuntamiento de la localidad madrileña en la plaza de Cervantes. Cobraba 60 euros por trabajar cada noche durante 12 horas. Había sido contratado por la empresa a la que el Ayuntamiento había adjudicado el montaje de la pista de hielo.

Bianca, la viuda de Iona, acudió ayer por la mañana al lugar del crimen, la carpa donde se guardaban los patines. La mujer localizó el lugar exacto del crimen donde debido al frío todavía se conservaba la sangre de su marido. Bianca metió las manos entre la sangre de su esposo y explicó lo sucedido con ayuda de Gheorghe Gainar, presidente de la Asociación Cultural de Ayuda e Integración al Pueblo Rumano de Alcalá. «Primero vinieron tres que querían patinar y mi marido les dijo que estaba cerrado y que volvieran más tarde, cuando se abriera» dijo la viuda. «Le hablaron muy mal y se fueron tranquilos, pero a los 10 minutos vinieron muchos más, todos chicos, menos una chica. Iban armados. Nos metimos en la carpa y vinieron a pegarnos», prosiguió. Ambos fueron apaleados y el hombre cayó al suelo. Fue entonces cuando la mujer comprobó que su marido sangraba. «Le toqué y se estaba desangrando e intenté frenar la hemorragia». Bianca también dijo que durante la pelea gritó muy fuerte «mientras le pegaban. No ha venido nadie en ayuda, aunque había un policía enfrente nuestro que miraba y no se ha acercado».

Sobre este extremo, el alcalde dijo a Efe que en la puerta del Ayuntamiento se encontraba un policía local que «se puso en contacto con sus compañeros, pero eso también forma parte de la investigación».

«Es inhumano, lo han asesinado frente a ella y se han dado a la fuga», explicó Gainar, que desde la Asociación Cultural de Ayuda al Pueblo Rumano de Alcalá ha prestado todo su apoyo a la familia

El alcalde de Alcalá de Henares, Bartolomé González, del PP, anunció anoche «el cierre definitivo de la pista de hielo» que debería prolongar su actividad hasta finales de mes. Adoptó la medida «tras hablar con la viuda», Bianca, que expresó su malestar porque hasta ese momento la empresa propietaria de la pista de hielo no se había puesto en contacto con la familia. El Ayuntamiento de Alcalá anunció que correrá con los gastos de repatriación del cadáver de Ioan.

Ioan Grancea de 28 años llevaba en España tres semanas. Su mujer había aterrizado en Madrid en noviembre junto al hijo de ambos de ocho años procedentes de la ciudad rumana de Sibiu. Eligieron la localidad de Alcalá de Henares donde vivían varios de sus familiares.

El fallecido había trabajado como vigilante en Rumanía por lo que enseguida encontró colocación como empleado de seguridad en las instalaciones de la pista de hielo montadas por una empresa para el Ayuntamiento de Alcalá. Había alcanzado un acuerdo verbal con la empresa y no había cobrado todavía nada, según su viuda.

El secretario de Seguridad Privada de UGT, Rafael Saldaña, anunció que el sindicato denunciará al Ayuntamiento de Alcalá y a la empresa propietaria de la pista de hielo donde trabajaba Ioan Grancea por contratarle de forma ilegal ya que «no tenía la habilitación necesaria para prestar el servicio de vigilante». Agregó que «hay ciertos sitios, como es el caso de una pista de hielo, donde la seguridad es obligada. Si hubiera estado vigilada por un profesional habilitado podría haberse evitado esta desgracia, porque un profesional está uniformado, lo que impone cierto respeto, está comunicado y complementa una labor policial».

El alcalde de Alcalá aclaró ayer que la pista de patinaje «es un servicio contratado por el Ayuntamiento y prestado por una empresa privada».