El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, descartó ayer la posibilidad de aplicar un peaje de entrada a la ciudad para reducir el uso del turismo privado, modelo que ya se ha aplicado en Londres por motivos medioambientales. «La idea del peaje se debe madurar y ver los efectos a largo plazo», señaló.
En una entrevista en Ràdio 4, recogida por Europa Press, Hereu señaló que no se plantea implantar un peaje de estas características y defendió la necesidad de aumentar la oferta de transporte público como «gran desincentivo» al uso del coche. Según el alcalde, en Barcelona se ha creado un instrumento «muy solvente» para reducir el uso del turismo privado, en alusión a la implantación del área verde, que se puso en marcha cuando el propio Hereu era concejal de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento.
«En los alrededores de Barcelona ya hay peajes», advirtió Hereu, quien señaló que este tipo de fórmulas «se han aplicado en ciudades del norte de Europa» que tienen autopistas «construidas por la socialdemocracia de los años 50 y que eran gratuitas».
«En el caso de Barcelona, tenemos en los alrededores autopistas que fueron construidas en los años 70 con peajes» pero «se hizo no por un tema medioambiental sino porque faltaban recursos públicos», puntualizó el alcalde.
Respecto a la llegada del AVE a Barcelona, Hereu confía en que se cumpla el compromiso de que ello sea una realidad «en un año».«Quiero creer que así será», señaló Hereu, quien consideró «vital» que llegue, pero que también traspase la ciudad para ir dirección norte, en dirección a Francia.
En alusión a las protestas vecinales por el paso del AVE por el centro de la ciudad, el alcalde defendió la necesidad de poder construir infraestructuras que «hagan compatible los niveles de seguridad y la tranquilidad de los vecinos», según Europa Press.
«Si es necesario, hay que informar permanentemente a los usuarios y afectados por las obras», según Hereu, quien advirtió de que «el miedo no puede paralizar la ciudad» porque «tenemos y hemos tenido ejemplos que han sido grandes lecciones», en referencia al hundimiento del túnel de maniobras de la línea 5 en el Carmel.
Respecto a las reticencias vecinales por el hecho de que el AVE pase por el centro de Barcelona, Hereu insistió en que el futuro túnel no sólo beneficiará el paso de este tren de Alta Velocidad, sino que también permitirá que circulen más trenes de Cercanías, cuya capacidad «debe duplicarse», apuntó.
El presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, también se mostró muy crítico sobre la posibilidad de aplicar un peaje de entrada a la ciudad, al asegurar que los barceloneses «ya pagan un doble peaje: el extraurbano y el barcelonés».
«El extraurbano se aplica al discriminar a los barceloneses de las bonificaciones que se aplican a otros municipios catalanes en los peajes y urbano, por la carestía de vivienda, la vida y la fiscalidad municipal», apuntó. Fernández reclamó al Ayuntamiento que antes de plantearse la posibilidad de aplicar este tipo de peajes, se dedique a «levantar las barreras de los túneles de Vallvidrera cuando estén colapsados».