PARTIZAN 74
DKV JOVENTUT 83
1er CUARTO 2º CUARTO 3º CUARTO 4º CUARTO
22-21 19-13 14-17 19-32
PIONIR ARENA. LLENO.
Arbitro: Sudek,Sahin y Mikhaylov Descalificados: Bogdanovic (min. 39).
La mítica e infernal pista del Partizan de Belgrado, la sala Pionir, cancha en la que sólo el Maccabi había conseguido salir victorioso esta temporada, se derritió envuelta en sus propias llamas. Poco importaba que los aficionados que abarrotaban las gradas se pasaran el partido tirando petardos rememorando glorias pasadas. Rudy Fernández se asemeja a esa estirpe de jugadores que se crecen ante las situaciones más adversas, y ayer completó un recital de juego y anotación cuando su equipo más lo necesitaba -los verdinegros sólo se escaparon en el marcador en el último suspiro- para dejar al Joventut a un paso de clasificarse para el Top-16.
La Penya maduró con éxito un partido que se le atragantó hasta el minuto 38. Aíto había querido enloquecer tanto el choque con su asfixiante defensa, barriendo todos los ángulos de la pista, que acabó por despistar a sus propios jugadores. En el primer cuarto del partido, los verdinegros dificultaron hasta la extenuación la circulación de pelota de los serbios, que acababan cerrando sus posesiones con pérdidas de balón o tiros precipitados.
El que más sufría la situación era el pívot Kostas Perovic, una de las grandes promesas del baloncesto serbio, que no conseguía recibir en el interior de la zona con comodidad. Pero pese a los robos de sus jugadores, sobre todo del barbilampiño Ricky Rubio -líder de esta estadística en la Euroliga-, el Joventut sufría para ponerse por delante en el marcador. Los dos triples iniciales de Rudy Fernández aportaban destellos de claridad entre la espesura. Mientras, Gaines y Flis fracasaban una y otra vez bajo el aro.
El primer parcial acabó con una ligera ventaja del Partizan (22-21), distancia que se fue dilatando con la misma velocidad que el encuentro se descontrolaba. El base estadounidense Cummings se las apañó para ser el gobernador en plena anarquía.
Además de anotar con suma facilidad durante todo el encuentro, provocó innumerables pérdidas de balón, y aclaró el panorama para que Bogdanovic se destapara con ocho puntos en el segundo cuarto. Tras un triple del alero serbio, el Partizan lograba la máxima ventaja para su equipo (41-32, min. 19).
Aíto entendió en el descanso que la presión defensiva sólo daría sus frutos si se ejecutaba con más cordura. Y así fue. El ritmo se relajó, Betts se plantó bajo la canasta para secar definitivamente a Perovic y Pekovic, mientras que Drobnjak, acertado en el inicio desde fuera de la zona, volvía a ser aquel jugador gris que vagabundeara en la NBA y en el Tau.
De la recuperación de los verdinegros tuvo buena parte de culpa, como ya viene siendo habitual, Rudy Fernández. El alero mallorquín, asediado constantemente por Tepic y Bozic, supo quitarse de encima a sus perros de presa para meter nuevamente a su equipo en el partido. Rudy retomó en el tercer cuarto su festival desde la línea de 6,25 (consiguió cinco triples en el partido), y ya en el minuto 25 logró igualar el choque a 46 tras clavar otra canasta desde la línea de tres ante la nariz de Drobnjak.
Los serbios intentaron un definitivo impulso final de la mano de un excelente Cummings. Pero dos robos de Barton, unido a los triples de Rudy, que concluyó su actuación con un espectacular reverso, acabaron por sentenciar el partido, un encuentro que aclara casi definitivamente el panorama de su equipo.