Que pongan fin al cierre «indiscriminado» de locales y que «dejen de tratar la música como ruido para tratarla como expresión cultural». Estas son las condiciones que la Asociación de Salas de Conciertos de Catalunya (Asacc) exigió ayer a las administraciones, después de que el Ayuntamiento de Barcelona decretara el cierre de La Paloma por molestias de ruido.
Así, las salas de conciertos reclamaron mediante un manifiesto difundido ayer que se abra un proceso para estudiar «soluciones concretas» referidas a cada caso relacionado con aquellos locales que provocan molestias a los vecinos. En este sentido, la Asacc exige que estos ajustes puedan llevarse a cabo sin que eso implique «condenar las salas a muerte».
Para ello, la organización solicita la creación de un consorcio entre el gobierno central, la Generalitat de Cataluña y los ayuntamientos catalanes para «adaptar los espacios de concierto a las normativas» y «mejorar sus equipamientos».
Ley de Espectáculos
Por otra parte, el manifiesto de la Asacc pide que la futura Ley de Espectáculos, cuya aprobación está prevista próximamente en Cataluña, «reconozca las salas de música como espacios en los que se desarrolla una actividad de interés sociocultural».De modo que las proteja y defienda en consecuencia, como haría con cualquier otro espacio dedicado a la cultura.
«Si La Paloma fuera un teatro no se habría ejecutado la orden de cierre», sostiene el manifiesto emitido por la asociación.Y asegura que la clausura de un teatro se habría interpretado como un gesto «políticamente incorrecto». Además, existe un consorcio entre distintas administraciones para la rehabilitación de teatros, algo que, por el contrario, no se da respecto a las salas de conciertos.
Según el comunicado emitido por la Asacc, las «dinámicas de la política actual», guiada «básicamente por unos réditos electorales», han llevado a la «práctica criminalización» de las salas; lo que provoca que el caso de La Paloma no sea aislado. Existen otros establecimientos, «como el Casino de Berga, el London Bar, el Jazzsi de Barcelona o la Zero de Tarragona, que se encuentran en la misma situación», indica el escrito.
Si el de La Paloma les parece especialmente preocupante a los socios de la Asacc es porque esta sala en concreto «ha hecho esfuerzos probados para conciliar su actividad con la ciudad», apunta el escrito, entre los que se cuentan «inversiones millonarias de insonorización y campañas a favor del civismo entre sus clientes», según la Asacc.
Como muestra de repulsa al cierre de La Paloma, la asociación llevará a cabo, con la colaboración de los músicos, un concierto gratuito en cada una de las salas con las que cuenta en Cataluña durante la semana del 5 al 11 de febrero.