Aunque su presencia en los medios de comunicación es menor, la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) sigue causando estragos. Hasta el 14 de noviembre pasado se habían notificado en España 62 casos y se calcula que el año acabó con unos 70.
«En España tenemos el 20% de los casos que se producen en toda Europa, tan sólo superados por Reino Unido, Irlanda y Portugal», recuerda Juan José Badiola, director del Centro de Investigación de Enfermedades Priónicas.
Badiola puntualiza que ello no significa que se hayan hecho mal las cosas, pero sí que se abordó tarde el problema. «Cuando se tomaron las primeras medidas ya nos habían metido las harinas hechas con carne y huesos de animales. Los peores años ya han pasado, y las cifras de infecciones han bajado, pero no hay que bajar la guardia porque esta enfermedad tarda en detectarse varios años y van a seguir apareciendo animales enfermos», asegura el experto. Tampoco descarta que pueda declararse alguna infección en humanos, que aún no se ha manifestado.
Badiola está en contra de que se bajen los controles en la cadena alimentaria. «Creo que aún se tardará cuatro o cinco años en lograr erradicar el mal de las 'vacas locas'», afirma.
Desde el año 2000 está prohibido alimentar al ganado con piensos de origen animal. Además, desde esa fecha existe un programa que permite detectar con rapidez los casos que se conocen el cualquier comunidad autónoma.
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