En la cordillera Cantábrica no se puede esquiar en ninguna estación y las únicas que permanecen abiertas (Manzaneda y Valgrande/Pajares) son para uso turístico. Las siete estaciones del Pirineo aragonés tienen pistas esquiables, aunque entre todas apenas alcanzan los 60 kilómetros. Por su parte, en el Pirineo catalán están abiertas nueve de las 10 pistas (Tavascán es la única que permanece cerrada), aunque también con pocos tramos esquiables (120 kilómetros, de los cuales 34 corresponden a Baqueira y 25 a Masella).

La única estación del Sistema Ibérico, Valdezcaray, cuenta con 3,3 kilómetros de pista esquiable y entre las dos estaciones del Sistema Central que están abiertas, La Pinilla y Sierra de Béjar, sólo suman 1,5 kilómetros esquiables. La situación de Valdesquí preocupa especialmente a la empresa que gestiona la estación, ya que pese a las nieves caídas en la serranía madrileña durante las últimas horas, aún no está disponible. «Es la primera vez que nos pasa esto en nuestros 40 años de historia», explicaba a Europa Press María Agudelo, una de las trabajadoras de la instalación, que no recuerda una Navidad sin esquiadores en la infraestrutura. Y en Navacerrada sólo la nieve artificial permite mantener abiertas algunas pistas.

Por otro lado, la estación de Sierra Nevada reúne 23 kilómetros aptos para el esquí en 23 pistas con un espesor de entre 20 y 60 centímetros de nieve. Cetursa, la empresa encargada de su explotación, anunció que cerró el segundo fin de semana de Navidad con cerca de 16.000 esquiadores y snowborders en los kilómetros esquiables que el complejo ha mantenido abiertos en los últimos días. Además, de cara a Nochevieja el aforo máximo permitido se amplió de 7.000 a 8.000 esquiadores.