CARMEN LLORENTE
Con un día de retraso frente a las Bolsas europeas. Wall Street estrenó 2007 por todo lo alto. El Dow Jones de Industriales, el principal indicador de la Bolsa de la ciudad de los rascacielos, comenzó el año con avances de más de 100 puntos, cerca del 1%, con lo que coronó, momentáneaménte, un nuevo máximo histórico en 12,580.35 puntos.
Detrás de esta subida, se encontraban varios factores positivos, aunque sin duda el más destacado era la dimisión del presidente de Home Depot, Robert Nardelli, la mayor compañía del mundo de equipamiento para reformas en el hogar.
La compañía explicó en un comunicado que la salida de Nardelli, quien hasta el martes era presidente, consejero delegado y miembro del consejo de administración, se producía «de mutuo acuerdo» entre el consejo y el ejecutivo. El ya ex presidente recibirá una compensación de 210 millones de dólares por su marcha. A cambio, Nardelli se ha comprometido a no competir con su antigua empresa durante un año y a no llevarse empleados o clientes durante un periodo de cuatro años, entre otras condiciones.
Frank Blake, hasta ahora vicepresidente del consejo y de la empresa, y que se incorporó a Home Depot en 2002, ha sido elegido sucesor de Nardelli con efecto inmediato.
Las acciones de Home Depot, una de las compañías que integran el índice Dow Jones en la Bolsa de Wall Street, se revalorizaron durante casi toda la jornada 1,30 dólares, más del 3%.
Además, Wall Street se vio impulsada durante las primeras horas por la importante caída del precio del crudo, la publicación de varios indicadores económicos, y las fuertes ventas que han registrado grandes almacenes como Home Depot y Wal-Mart en las últimas fiestas.
El precio del crudo de Texas bajaba al mediodía, en Nueva York, 2,29 dólares, hasta 58,76 dólares, entre expectativas de menor demanda de combustibles de calefacción por las buenas temperaturas en EEUU.
Sin embargo, a media sesión, el Dow Jones de industriales frenó en seco su avance aunque al cierre de la sesión logró un ligerísimo avance del 0,07%. Detras de esta retirada del dinero se encontraba la preocupación expresada por la Reserva Federal estadounidense a que la inflación obligue a un endurecimiento de la política monetaria en la primera potencia del globo.
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