El paisaje judicial que Otegi vislumbra incluye cinco visitas al banquillo de la Audiencia Nacional por cuatro delitos de enaltecimiento del terrorismo y uno de pertenencia a organización terrorista. Además, deberá estar atento a lo que decidan tanto el Tribunal Supremo como el Tribunal Superior vasco, puesto que cada uno tiene en sus manos una causa por la que el dirigente abertzale ya ha sido condenado. En total, siete frentes de los que defenderse.
'Herriko tabernas'.
Se trata de la causa más grave que pesa sobre Otegi. Está procesado por pertenencia a una organización terrorista en grado de dirigente, lo que podría suponerle hasta 14 años de prisión. Le acompañan en la acusación una cuarentena de miembros de las sucesivas mesas nacionales de HB, EH y Batasuna. El procedimiento está pendiente de que el juez Garzón dé por concluida la instrucción y lo envíe a la Sala para preparar el juicio.
Anoeta: propuesta y delito.
En noviembre de 2004, Otegi presentó en un acto en el velódromo de Anoeta la propuesta de pacificación de Batasuna. El acto supuso que el juez Félix Degayón -que en esas fechas apoyaba a Del Olmo- le llamase a declarar por enaltecimiento del terrorismo (penado con hasta dos años de cárcel), reunión ilegal y desobediencia.
Como Mandela.
En julio de 2005, participó en el homenaje a José María Sagarduy, el etarra que más tiempo lleva en prisión. En el acto, comparó las figuras del preso etarra y del líder sudafricano Nelson Mandela. Apuntó que Mandela fue primero terrorista, luego preso, más tarde interlocutor en el proceso de paz y, finalmente, logró dirigir un territorio en paz. Otegi ya ha declarado en esta causa, que está pendiente de diversas diligencias documentales solicitadas por la Fiscalía al juez Fernando Andreu.
Tiroteo y homenaje.
El Juzgado número 3 de la Audiencia nacional instruye otra causa por enaltecimiento. Esta vez por la manifestación celebrada en Bilbao de 2003 en homenaje al etarra Arkaitz Otazua, muerto en un enfrentamiento con la Ertzaintza en el Alto de Herrera (Alava) el 14 de septiembre de ese año. La investigación está pendiente de que se tome declaración a un preso de ETA y deberá ser concluida por Grande-Marlaska.
'Argala', en el Supremo.
En abril del año pasado, la Sección Tercera de la Audiencia Nacional condenó a Otegi a un año y tres meses de prisión por enaltecer la figura del dirigente etarra Pablo Beñarán, Argala, en el 25º aniversario de su asesinato. La sentencia complicó especialmente el futuro político del líder de Batasuna, puesto que incluía una inhabilitación absoluta que le impedirá presentarse a unas elecciones durante siete años y tres meses. Otegi recurrió la sentencia, que ahora está en manos del Tribunal Supremo.
Otra vez Castresana.
El dirigente abertzale acaba de recibir la mala noticia de que el Constitucional no ha admitido el recurso con el que pretendía impedir que la Audiencia le juzgue por enaltecimiento del terrorismo en el funeral de la etarra Olaia Castresana. En el acto, Otegi elogió a «todos los gudaris [soldados] que han caído en esta larga lucha por la independencia».
Injurias al Rey.
Otegi está condenado en firme a un año y tres meses de prisión por injurias al Rey. En concreto, por llamarle «jefe de los torturadores». Sin embargo, el Tribunal Superior vasco ordenó suspender la ejecución de la condena debido a la escasa entidad de la pena y la ausencia de antecedentes penales computables. La suspensión está condicionada a que no delinca en un plazo de tres años. Según fuentes del tribunal, si en ese tiempo vuelve a ser condenado en firme, el líder abertzale debería ingresar en prisión.
