NANDO GARCIA
BARCELONA.-
La vigilancia de los chalés y pisos en las zonas en las que están desplegados los Mossos d'Esquadra en Cataluña depende de los presupuestos del Departamento de Interior para las horas extra de los agentes. Ésta es la denuncia que han hecho algunos miembros de la Policía Autonómica, que se quejan de que un servicio público dependa de partidas económicas. El repunte de los asaltos a casas que se ha producido en las últimas semanas -sobre todo por su violencia- puede deberse a que en muchas comisarías se ha dejado de llevar a cabo este operativo por falta de presupuesto.
La denominada operación Sedàs de los Mossos, que fue puesta en marcha el pasado mes de mayo después de que se registrara un espectacular aumento en el número de asaltos a viviendas -muchos de ellos violentos-, se llevó a cabo gracias a que los agentes optaron por hacer horas extra -jornadas nocturnas de nueve horas- que cobraban en la nómina del mes siguiente. La iniciativa, consistente en aumentar la vigilancia en puntos concretos del territorio, fue presentada a bombo y platillo por los representantes políticos, que no explicaron que se conseguía gracias a la colaboración de los policías.
Menos de un mes después de su puesta en marcha se presentaron los primeros datos: un total de 56 ladrones detenidos gracias al operativo. Con posterioridad, la por entonces consellera de Interior, Montserrat Tura, presentó más cifras que indicaban que se había reducido el número de asaltos a viviendas. Sin embargo, en cuanto la alarma social generada por estos delitos descendió, también lo hicieron las vigilancias especiales, aunque la consellera se comprometió a que este operativo se seguiría llevando a cabo hasta que fueran detenidas todas las bandas que operan en Cataluña.
Las patrullas, formadas por grupos de entre tres y cuatro agentes, inician la vigilancia a las 22.00 horas y finalizan a las 7.00 horas. Se sitúan en determinados puntos de la carretera o en rotondas y detienen a los vehículos que consideran sospechosos. Después de que se presentaran las exitosas cifras, empezaron a reducirse estos controles, que llegaron a alcanzar los 160 simultáneos.
La operación Sedàs, cuyo principal objetivo es homogeneizar los dispositivos regionales de prevención y lucha contra los robos nocturnos en empresas y viviendas, sirvió también para realizar detenciones de individuos acusados de otros delitos. Decenas de traficantes, conductores ebrios e incluso personas con órdenes internacionales de búsqueda y captura. De lo que no hay duda es de que se produjo un descenso en el número de robos.
Cualquier agente podía apuntarse a realizar esta clase de servicios y, de hecho, muchos jóvenes recién salidos de la Escuela de Policía lo hicieron. Sin embargo, en demarcaciones como Girona se dejó de aplicar este servicio en más de una ocasión, aunque se reactivó después de que se registraran nuevos robos a viviendas. Cuando los policías se ofrecían para hacer horas extra en los dispositivos de la operación Sedàs, los mandos les decían que «se había acabado el dinero», según denunciaron ayer varios policías.
Durante el verano se realizaron centenares de estos controles porque es en esta época del año cuando se produce un mayor número de robos a domicilios de los conocidos como silenciosos «porque se dejan las ventanas abiertas a causa del calor», según denunció a EL MUNDO un mando de los Mossos, quien pidió que no se revelara su identidad ante posibles represalias. Transcurrido el verano, se dejaron de hacer estas vigilancias en muchas demarcaciones por falta de presupuesto.
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