LUIS F. DURAN
Los vecinos de Villaconejos (3.500 habitantes) están dispuestos a acudir a las urnas para recuperar la tranquilidad. El pasado fin de semana cerca de 500 residentes se amotinaron contra un delincuente, Javier Bernuí, El Calvo. Éste imponía la ley del terror en el pueblo, robaba a empresarios y amenazaba a la gente. Su última fechoría fue destrozar un bar y dar una paliza al dueño el día 30 de diciembre. Esa misma noche 200 jóvenes fueron a su casa a darle un escarmiento. El Calvo disparó a la multitud y fue necesaria la presencia de los equipos especiales de la Guardia Civil para frenarles. El alcalde también templó el ánimo de la gente, que estaba dispuesta a lincharle.
Al día siguiente regresaron para quemarle la casa con el fin de que no volviese más. No sabían en ese momento que había sido detenido y encarcelado. El problema, dicen los vecinos, es que cada vez que comete un delito pasa unos días encerrado y sale en libertad. «Vuelve a robar, vuelve a meterse con la gente y vuelve a sus andanzas. Así llevamos siete años soportando insultos y vejaciones».
Lo peor del pasado domingo es que los vecinos destrozaron toda la casa y quemaron la vivienda, dos coches, un quad y un perro. Se llegaron a poner delante de los bomberos y de la Guardia Civil con el fin de que las llamas devorasen por completo la casa. «No queremos que vuelva», decían. La mujer de El Calvo y sus padres consiguieron huir.
Ahora los residentes buscan fórmulas legales para conseguir una orden de alejamiento u otra medida jurídica que les libre para siempre de este delincuente. «Que convoquen un referéndum y que decida el pueblo, porque los jueces no hacen nada», se quejaba un vecino.
De momento, lo que ha impulsado el alcalde, Lope Benavente (PSOE), es la recogida de firmas para que no vuelva a pisar el pueblo. «Hay miedo a que vuelva y queremos conseguir cualquier cosa que logre calmar a toda la población. Las continuas amenazas, provocaciones y robos de El Calvo unieron al pueblo contra él. Los ánimos se caldearon y al final se produjo lo inevitable».
Según el regidor, este hombre se instaló hace siete años en el pueblo. Robaba en tiendas, trapicheaba con droga y pegaba a la gente. Poco a poco se hizo fuerte porque nadie quería enfrentarse a él. Hasta que el día 23 de diciembre una persona lo denunció. El día 30 regresó con unos amigos y destrozó su bar.
Según el regidor, entre «la gente corrió el rumor de que estaba en libertad, lo que provocó la ira de algunos que quemaron su casa, algo que condeno y repudio. El pueblo admite que se pasó con la quema». «La puesta en libertad de El Calvo puede suponer que haya hasta sucesos más graves», preconiza con cierto temor el regidor. Con todo, un vecino asegura que nadie persiguió a la familia de El Calvo ni quemó la casa con ellos dentro. Es más la familia de El Calvo ya reside en otra casa del municipio.
«LA GUARDIA CIVIL NO HA VUELTO POR AQUI»
Los vecinos de Villaconejos no entienden cómo la Guardia Civil no ha reforzado la vigilancia en el pueblo tras los incidentes ocurridos en los dos últimos días del año pasado, cuando se produjo la revuelta popular contra el delincuente que les atemorizaba. Los vecinos quemaron la casa de Javier Bernuí después de que este cometiese la última fechoría y agrediese al dueño del bar Cachete. «Desde que pasó toda la movida no se ha visto a un solo guardia por el pueblo». Fuentes cercanas al Consistorio de Villaconejos aseguran que no está previsto ningún plan de prevención ni se han reforzado las medidas de seguridad en el pueblo. Sin embargo, el alcalde de Villaconejos, Lope Benavente, del PSOE, asegura que se ha previsto un plan ante nuevos incidentes. «Estoy en contacto diario con los responsables de los cuarteles de Chinchón y Aranjuez y está todo preparado por si vuelven a surgir problemas». En cualquier caso, el alcalde asegura que un poco se ha bajado la guardia al saber que el causante de todo el estallido popular se encuentra de nuevo ingresado en la cárcel tras ser detenido el pasado domingo. «Hay una patrulla que pasa continuamente por el pueblo y hemos mantenido contactos con la Delegación de Gobierno para tomar las medidas oportunas», asegura el regidor.
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