El presidente de México anunció que extenderá a distintos puntos del país una operación antidroga que incluye el despliegue de miles de soldados y policías para frenar las actividades violentas de los carteles, responsables de 9.000 muertes en los últimos seis años.
Felipe Calderón, que cumplió el lunes un mes como jefe de Estado, lanzó en diciembre un operativo en el estado occidental de Michoacán -uno de los más castigados en los últimos meses por la violencia del narcotráfico- y el pasado martes lo amplió a la norteña ciudad de Tijuana, fronteriza con Estados Unidos. «Seguiremos desde luego con los operativos que nos permitan restablecer condiciones mínimas de seguridad en distintos puntos de la república mexicana», afirmó el presidente durante el mensaje de Año Nuevo. «Vamos a intensificar nuestra lucha frontal contra la delincuencia, contra el 'narcomenudeo'», agregó.
A Tijuana, sede del violento cartel de la familia Arellano Félix, que fue descabezado en 2002, fueron enviados casi 3.300 efectivos pertenecientes a las fuerzas de seguridad federales, dos tercios de ellos militares. «No permitiremos que algún estado sea rehén del narcotráfico, del crimen organizado o de la delincuencia común», aseguró por su parte el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña.
Los asesinatos ligados a las disputas entre bandas de narcos y a los enfrentamientos de estos grupos criminales con policías y militares fueron más de 2.000 sólo el año pasado, según un informe publicado el martes por el diario El Universal.
Marihuana y amapola
Más de 7.000 efectivos, principalmente militares, participan en la operación de Michoacán, cuyo objetivo es erradicar plantaciones de marihuana y amapola, establecer puestos de control en las carreteras y capturar a sospechosos. En Tijuana, las tareas de las fuerzas federales son similares, aunque también incluyen la inspección de buques nacionales y extranjeros en aguas de la península de Baja California.
«Se incluyen mecanismos [...] que permitirán ejecutar órdenes de aprehensión e identificar los modus operandi de las estructuras criminales dedicadas al secuestro y al tráfico de armas, drogas e indocumentados», señaló el fiscal general mexicano, Eduardo Medina Mora.
Otros estados golpeados por la violencia del narcotráfico son Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos, y Sinaloa, ambos sede de carteles de la droga. En los estados de Guerrero y Nuevo León también han ocurrido varios asesinatos ligados al narcotráfico.
Ramírez Acuña dijo recientemente que las operaciones antinarcóticos se extenderán a todo México y se realizarán estado por estado. «Van a llegar a todo el país, pero tenemos que ir de uno por uno», explicó el secretario de Gobernación.
En el último día de 2006, las autoridades informaron sobre la muerte de al menos 12 personas, algunas asesinadas con el tiro de gracia típico del narcotráfico, en Michoacán, Guerrero y el central Estado de México, vecino a la capital. Según cifras de la prensa, el año pasado el 51% de los delitos federales estuvo vinculado al comercio de drogas ilícitas.
México es productor de marihuana, metanfetaminas y heroína. Además, es la principal ruta de entrada de la cocaína desde Sudamérica a Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas del mundo.