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| El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás (François de la Rochefoucauld) |
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| Impresiones |
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| Nos cuentan que... |
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la furgoneta bomba colocada por ETA en la T-4 en Barajas ha dejado un reguero de afectados materiales entre los dueños de los coches estacionados en el aparcamiento siniestrado. Entre ellos, el diputado del PP por Madrid, Jesús López-Medel, quien dejó su Toyota -estrenado hace un año- aparcado en la planta primera del módulo D y a la vuelta de un viaje en familia lo encontró pulverizado bajo toneladas de escombros. El parlamentario, relator de Derechos Humanos en la Asamblea de la OSCE, creyó por un momento que el Gobierno habría habilitado algún teléfono o puesto de información al usuario en el propio aeropuerto. Sin embargo, hubo de unirse a la cola de personas que esperaban para rellenar los genéricos formularios que les ofrecían dos empleadas de AENA para la reclamación de maletas u otros enseres de los pasajeros. AENA, sin embargo, no supo aclararle cuánto tiempo llevarán los trámites, puesto que los automóviles destrozados no estaban en la calle, sino en custodia en un aparcamiento, lo cual complica los aspectos legales. Otro de los políticos cuyo automóvil desapareció bajo los escombros de la T-4 es el diputado socialista por Navarra Juan Moscoso, hijo del ex fiscal general del Estado. Aunque su Golf era más antiguo que el Toyota de López-Medel, guardaba dentro una completa colección de CD.
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