Jueves, 4 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6227.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás (François de la Rochefoucauld)
 OPINION
Editorial
FIN A LA TOLERANCIA CON BATASUNA

El tiempo ha acabado demostrando que en el denominado proceso de paz el presidente Zapatero no sólo se equivocó con la ETA clandestina, también lo hizo con la ilegalizada pero tolerada Batasuna, empezando por Otegi. Después de nueve meses, ni siquiera se ha conseguido que aquél a quien consideró un interlocutor válido para avanzar en el camino hacia la paz haya condenado la violencia.

Los abertzales han contado este tiempo con la inacción de la Fiscalía, lo que ha dado lugar a situaciones esperpénticas, como que un partido declarado ilegal por ser parte de ETA haya vuelto a tomar la calle, haya dado ruedas de prensa, haya visitado al lehendakari y sus representantes hayan mantenido con normalidad contactos con otras fuerzas políticas. Es cierto que la Justicia ha considerado que esas reuniones no son delictivas, pero ello no exime de valorar si eran convenientes políticamente. Y ahora queda claro que no lo eran.

Tras la ruptura de la tregua la Justicia ha de ser inflexible con quienes han demostrado ser simples lacayos de la banda y cómplices de su escalada de tensión y de violencia. En una huida hacia adelante, los batasunos tratan ahora de mantener vivo el proceso y aseguran que no hay que darlo por roto, como si pudiera recomponerse tras el bárbaro atentado de la T-4 de Barajas. Confían en que un comunicado de la banda pueda aún mantenerles a flote. Porque en el fondo buscan salvarse a sí mismos.

Con Otegi en libertad bajo fianza y con muchos otros dirigentes pendientes de juicio, saben lo que les espera. Sólo Otegi acumula siete causas, una de ellas por pertenencia a organización terrorista, lo que podría suponerle una condena de hasta 14 años de prisión. En ese mismo proceso le acompañan una cuarentena de dirigentes. Por eso tratan desesperadamente de insuflar oxígeno al proceso asfixiado por ETA.

En lo único en que el Estado está hoy mejor que tras la ruptura de las anteriores treguas es, precisamente, en el terreno legal, gracias a la vigencia de la Ley de Partidos y a los cambios que se introdujeron en el Código Penal. Un primer gesto en la buena dirección es la decisión del fiscal de la Audiencia Nacional Carlos Miguel Bautista de solicitar que se impida a Otegi salir al extranjero, a quien podría llamar a declarar por sus manifestaciones en nombre de Batasuna tras el atentado, y en las que enalteció al etarra De Juana calificándolo de «preso político».

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad