Fue como una premonición. Corría la Navidad del año 2001 en Marbella cuando el consistorio gobernado en aquel entonces por Jesús Gil decidió acatar la insinuación que un día le hiciera el propio Juan Antonio Roca al presidente rojiblanco: «Me encantaría ser Rey Mago». Dicho y hecho. Gil ordenó a Julián Muñoz -concejal de Fiestas durante aquellos años- quien sería el rey Baltasar.
En una fotografía premonitoria se observa a los tres Reyes Magos marbellís flanqueados por un Julián Muñoz mucho más joven que el que hemos visto en la prisión de Jaén durante estas fiestas.
En la fotografía, Julián aparece al lado de Roca pero casi sin mirarle, juntos pero a la vez distantes, situación muy parecida a como han sido los últimos seis años de sus vidas. Poco podían imaginar en aquel lejano 2001 que después ambos pasarían la noche de Reyes en prisión, aunque cada uno en su celda, escribiendo su particular carta a los auténticos Reyes Magos.
El primer deseo de Julián habrá sido poder estar con el amor de su vida, un amor que él todavía confía en que sea Isabel Pantoja.Roca habrá empezado su misiva pidiendo su libertad bajo fianza.
Apenas necesita unos días, unas horas, para volar bien lejos de la Justicia de este país. Su título de piloto de helicóptero, sus buenos amigos y los millones que todavía no le ha incautado el juez Torres, sin duda, le facilitarían la huida. Julian añadiría a su carta unos versos dedicados a sus hijas, aunque ellas no le hablen. Incluso un recuerdo a su ex mujer, a la que enriqueció de por vida gracias a sus cargos. Mientras tanto, en la suya, Juan Antonio Roca, volverá a lanzar un aviso a navegantes: «Como no me soltéis voy a tirar de la manta». Los anteriores le han funcionado para acelerar la investigacion, ir cerrando el sumario y callar muchas bocas. Son muchos los interesados en que Roca no hable. Se comenta que durante el registro judicial de su casa en la calle Goya de Madrid, en el que estaba presente su abogado, un policía estuvo a punto de llevarse una fotografía que ocupaba el mueble central del comedor donde se veía a Roca junto a su Majestad la Reina Doña Sofía.
La magia que permitió durante 15 años el expolio de un ayuntamiento y la utilitzación privada de miles de hectáreas de terreno público no conseguirá librar a estos dos hombres de su destino.
Tres mujeres les esperan fuera: la fiel esposa de Roca, que se benefició de los negocios de su marido mirando hacia otro lado; la eterna despechada que tras ser la mujer del alcalde y ponerlo en el cargo no perdonó la traición y la víctima inocente, que sin ser inocente ni víctima se beneficia de todos los demás ganando con ello dinero e incluso prestigio.
Esta última será la gran beneficiada de esta Operación Malaya, mientras que el gran perdedor será Julián Muñoz. Él, que cumplirá mas años en prisión que Roca y figurará en los anales de la historia como el alcalde más corrupto de la democracia en España.
Por su parte, el juez Miguel Angel Torres, verdadero mago en este pesebre, está a punto de cerrar el sumario para volver a Granada con su esposa y ocupar la plaza que le corresponde como magistrado, aunque hay quien asegura que ya le espera una butaca de la Audiencia Nacional tras su espectacular intervención judicial.Quizás sea éste el primer regalo que Torres le ha pedido a los Reyes Magos, aunque les apuesto que el segundo es olvidarse de nosotros los periodistas por mucho tiempo.
