Sin embargo, esta inquietante situación es una de las tantas imágenes polémicas que se verán desde el lunes en Baby Borrowers (Los Prestatarios de Bebés), el nuevo programa de telerrealidad del canal BBC 3, que buscará levantar los niveles de audiencia y, al mismo tiempo, el interés de los británicos por la alicaída Beeb, como muchos le llaman en el Reino Unido a la legendaria cadena oficial.

El nuevo reality show consiste en el seguimiento de cinco parejas de adolescentes de entre 16 y 19 años, a quienes se les encomendó el cuidado de 25 niños y bebés, cedidos voluntariamente por sus padres para participar en este programa realizado por la empresa privada Love Productions. Este dato no es menor, ya que diversos analistas locales han subrayado la tendencia natural de esa productora hacia la transgresión y el escándalo, en especial después de haber realizado la serie Musulmanes Gay, emitida por el Canal 4 de Londres.

Pero este programa, según sus responsables, no tendría por objetivo primario ni la provocación ni la obtención de mayor audiencia, sino tan sólo la difusión de «un experimento social único en su tipo» que, de acuerdo a la BBC, fue llevado a cabo bajo la atenta supervisión de especialistas en niños y adolescentes. Según la cadena, los mismos padres, alojados en viviendas próximas al lugar de grabación del programa en el condado de Norfolk, pudieron observar permanentemente a sus hijos a través de cámaras conectadas a un circuito cerrado de televisión.

No obstante, al filtrarse la información de que un niño de 10 años que formaba parte de la experiencia no fue debidamente alimentado porque sus padres en el programa se habían olvidado de darle de comer, las organizaciones de defensa de los derechos de los menores pusieron el grito en el cielo y fustigaron a los autores y ejecutores del ciclo.

«Esto es totalmente irresponsable y enfermizo», protestó ayer la doctora Michele Elliot, portavoz de la fundación infantil Kidscape, en declaraciones al periódico conservador The Daily Telegraph. «¿Cómo es posible que la BBC piense en poner bebés en manos de adolescentes inexpertos y quiera, al mismo tiempo, venderlo como una forma de entretenimiento?», preguntó y se preguntó.

La corporación británica intentó responder a sus inquietudes al destacar que el programa buscará mostrar a los más jóvenes las dificultades que entraña la crianza de los niños en un país donde los embarazos adolescentes están marcando récords a nivel continental. Claro que esta explicación no sólo no satisfizo a las ONG sino sino que la polémica sigue viva.