JOSÉ MANUEL GOMEZ. Especial para EL MUNDO
LOGROÑO.-
Los New York Dolls reivindicaron en su visita a la capital riojana que son una verdadera banda de rock and roll, desmintiendo la imagen deslavazada que habían ofrecido en anteriores visitas al festival Azkena de Vitoria. En la historia del género, siempre ha sido sospechoso eso de sacar un cadáver del armario y mandarlo de gira por esos mundos. La resurrección de los New York Dolls ha provocado toneladas de escepticismo, también en el Palacio de los Deportes de Logroño. La duda se fue disipando cuando, a la tercera oportunidad, encajan una sorprendente versión del clásico Piece of my heart, de Janis Joplin, la insospechada hermana hippie de los macarras neoyorquinos.
Hasta entonces, los Dolls sonaban a rayos y truenos, pero sin perder la pose de dandis. David Johansen se sostenía con dignidad sobre sus patas de alambre con una chaqueta cruzada al estilo Truman Capote, prodigando gestos que recordaban tanto a Mick Jagger como a Brian Jones. El guitarrista Sylvain Sylvain se protegía de la tormenta bajo su gorra, mientras el bajista Sami Yaffa lucía tipito enfundado en un traje de cuero. Ideal para hacerse unas fotos.
Resulta que los Dolls llevaban ya un día en la capital riojana y estaban cautivados por los caldos locales. Así que David Johansen se presentó en la rueda de prensa acompañado del vino de la tierra: «El rock no es más que gente que se junta y toca la guitarra. Es divertido porque no tiene reglas», dijo.
Pues eso: a divertirse. A medida que el sonido iba mejorando, todos se iban quitando ropa, mezclando composiciones nuevas con las de sus dos discos de principios de los 70 y haciendo esforzados intentos por narrar alguna historia al respetable. Hubo tiempo para recordar a su colega Johnny Thunders (que, a pesar de su imagen, fue un delicado constructor de baladas), y hasta le homenajearon. Mencionaron también a James Brown y se lanzaron a fustigar las penas con el rock & roll de toda la vida.
Los Ramones y Titín III
El rock paródico de Les Lupas había abierto la sesión con homenajes a los Ramones y al pelotari riojano Titín III (campeón mundial hace unos años). Una de sus guitarristas, Lupita Yeye, actuó en avanzado estado de gestación; su colega Elvis Oho lo hizo sin pantalones. Punk divertido y sin complejos.
Más tarde, hubo tiempo para comprobar que el rock instrumental de Los Coronas fue enriquecido por una sólida coreografía ejecutada por los guitarristas David Krahe y Fernando Pardo. En su repertorio, no faltaron clásicos de Dick Dale ni el Day tripper de los Beatles. La cuidadísima presentación incluía un respeto reverencial a las fender stratocasters. Tanto es así que los lideres de la banda aprovecharon cada pausa para afinar, algo que a las estrellas de la noche, los New York Dolls, ni siquiera se les pasó por la imaginación.
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