Con el descenso de ayer, Acerinox suma una caída del 10% en las dos últimas sesiones, situando sus acciones en 21 euros. No ha sido una caída en solitario, sino al unísono que sus competidoras. La alemana Thyssen Krupp bajó ayer un 3,4% y el índice sectorial de industrias básicas europeas del Dow Jones cedió más del 3%.

La mayor caída de Acerinox se explica, en parte por el hecho de que ayer pagó un dividendo de 0,10 euros, lo que suele descontarse del precio.

La huida del dinero del sector del acero comenzó el martes, después de que Crédit Suisse levantara la liebre al anunciar una sonora rebaja de las compañías siderúrgicas desde «igual al mercado» a «infraponderar».

El broker suizo considera que los mercados del acero están atravesando un momento difícil en Estados Unidos y que también podrían surgir problemas en Europa y Asia en los próximos tres o seis meses, debido a la perspectiva de que en 2007 se produzca una desaceleración de la economía mundial.

En este sentido, hay señales de que la economía estadounidense puede estar desacelerándose y comienza a surgir el temor de que termine afectando a China, que compra una enorme cantidad de metal para fabricar productos que luego son vendidos en EEUU y en otras economías occidentales.

Cuando existen dudas sobre el crecimiento económico lo primero que caen son las materias primas porque se supone que la demanda también va a ser menor y luego estos retrocesos se trasladarán a las metalúrgicas.

Ayer fue una sesión de caídas generalizas en todas las materias primas. Los futuros de cobre bajaron más de un 2%, con lo que acumula una caída del 35% desde los máximos de mayo de 2006. El cobre arrastró a otros metales básicos como el aluminio, el plomo o el estaño.

El barril de petróleo cedió más de dos dólares, un 3,5%, en Nueva York, con lo que retrocede hasta 56,3 dólares, mientras que la cotización de la onza de oro bajó medio punto porcentual.