La línea de conexión más directa es un teléfono móvil. Según las fuentes consultadas, el pasado día 23 fue dado de alta en Amorebieta un teléfono prepago en la compañía Euskaltel. Precisamente fue ese día cuando la Ertzaintza encontró un bidón en el término municipal de la citada localidad vizcaína conteniendo 50 kilos de polvo de aluminio y nitrato así como varios detonadores y componentes para la fabricación de artefactos.

Y fue ese el día en el que desapareció de su domicilio Larrinaga, el único presunto miembro de ETA identificado en estas investigaciones por el momento.

El dato que maneja la Policía es que el teléfono que se dio de alta ese día y en esa localidad es el que fue empleado por los etarras para realizar desde San Sebastián la primera llamada de reivindicación del atentado contra el aeropuerto de Barajas. La segunda llamada también se hizo desde la localidad donostiarra pero los terroristas prefirieron utilizar una cabina.

Una de las incógnitas que se plantean en torno a los hallazgos de Amorebieta y Atxondo son los motivos por los que los etarras abandonaron de manera tan precipitada tan gran cantidad de material explosivo. Una de las hipótesis supone que estaban preparando otro atentado distinto al de Madrid, se sintieron seguidos y prefirieron asegurar su integridad y el plan que tenían preparado para la capital de España.

Probablemente algunos de los miembros del comando se quedaron en el País Vasco para realizar la reivindicación y garantizarse la salida -podría tratarse de un grupo de 'legales' de carácter itinerante- , mientras otro -en las imágenes recogidas por las cámaras del aeropuerto aparentemente sólo una persona conduce el vehículo- u otros se desplazaban con la furgoneta cargada con centenares de kilos de explosivos hacia Madrid.