NANDO GARCIA
BARCELONA.-
No hay vuelta atrás ni recurso o alegación que valga. La Audiencia de Barcelona ha ratificado que una joven deficiente que sufrió los abusos sexuales de un sacerdote de Igualada deberá revivir lo ocurrido por tercera vez. Así, deberá ser examinada por un perito, aunque ya declaró tanto durante la instrucción de la causa como durante el juicio, por el que el cura fue condenado a dos años de prisión.
La sección Quinta de la Audiencia ha desestimado las alegaciones de la fiscal y del abogado de la joven, afectada de síndrome de Down, y ha acordado que la víctima sea examinada por un médico forense «a los efectos de determinar si la práctica de la exploración psicológica» puede «causarle un perjuicio para su salud física o mental, clase e intensidad del perjuicio y, en su caso, posibles secuelas, clase e intensidad de las mismas». Posterior a este examen, será un perito de la defensa el que la volverá a interrogar.
El cura Gregorio Salado está siendo investigado además por otro juzgado por abusar sexualmente de niñas a las que impartía clases de religión en una escuela pública.
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