El Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón ha presentado ya sus alegaciones a la ampliación de la estación de Atocha que anunció el Ministerio de Fomento. ¿Su respuesta? Quieren una nueva estación de AVE que interconecte la capital con toda la Península, pero se oponen a esta ampliación porque colapsaría de coches y de personas el centro de la capital.
Por eso, las alegaciones van más allá y, como ya publicó M2 el pasado 21 de noviembre, el Ayuntamiento ha fijado una alternativa para la gran estación de la Alta Velocidad de la capital: los terrenos que tiene Renfe en Abroñigal, a 1,5 kilómetros de Atocha, y que ahora acogen el almacenamiento de contenedores.
En este punto, se contaría con 70 hectáreas para dar servicio ferroviario a los 34 millones de viajeros que prevé el Ministerio de Fomento que podrían pasar por Atocha en pocos años, frente a las 17 hectáreas que supondría la ampliación.
«El proyecto que nos ha presentado el Fomento prevé pasar de ocho millones de usuarios que hay ahora en Atocha a 34 millones, el mismo número de viajeros que pasó en 2001 por Barajas o más de los que ahora utilizan el aeropuerto del Prat. Con esta obra, Atocha estaría ya condenada a no crecer más», advirtió ayer el alcalde de Madrid.
Además, según el proyecto del Ayuntamiento, Abroñigal podría estar perfectamente intercontectado con Atocha y Chamartín no sólo por los trenes de AVE sino también por Cercanías, autobús y Metro.
«En el túnel que están proyectado por debajo de las calle de Alfonso XII y Serrano, que nos parece muy bien, si se hiciera con una tuneladora del tamaño de las de la M-30, podría pasar no sólo los trenes de Alta Velocidad sino también una línea de Metro que conectaría con otras nueve de la Red. Pero ésta ya no es nuestra competencia. Tiene que ser una decisión del Ministerio de Fomento», propuso el regidor.
La estación de autobuses de Méndez Alvaro, la reforma de la M-30 a su paso por esta zona, otra línea más de Metro que obligaría a una ampliación y la inclusión de los Cercanías que pasasen cerca de Abroñigal convertirían a este punto en la mayor interconexión de transporte de la zona sur.
Sin embargo, el Ayuntamiento no puede obligar a Fomento a optar por esta alternativa, pero puede presionarlo con la única arma que tiene: recalificar, o no, los terrenos que hay en el proyecto de ampliación para uso terciario y que el Ministerio quiere utilizar para financiar la operación.
«Sería muy difícil autorizar la recalificación tal y como nos la propone el Ministerio, y eso, sí es competencia del Ayuntamiento», aclaró ayer Ruiz-Gallardón.
Uso terciario, en Abroñigal
La oferta municipal es hacer esa recalificación para uso terciario pero en los terrenos de Abroñigal, con lo que se podría financiar la operación de la nueva estación en este punto. En las 70 hectáreas con las que cuenta Renfe allí, se podría crear el intercambiador y, por ejemplo, edificios de oficinas o hasta un centro comercial que harían viable esta nueva parada.
Además, Ruiz-Gallardón no cree que el presupuesto para Abroñigal sea mucho mayor que el previsto para Atocha: «No hemos calculado los costes de la operación pero no diferirán mucho, porque lo que pretende hacer Fomento en Atocha es una nueva estación», insistió.
En la transformación estructural del sistema de transportes que presentó ayer el alcalde para la capital, se incluye también la posibilidad de alargar la línea de Alta Velocidad hasta el aeropuerto, concretamente hasta la T-4. «Hay una plataforma reservada por Renfe para conectar Chamartín con la T-4, y que podría ser utilizada por Cercanías o por determinadas unidades de AVE. Pero no sabemos cuál de las dos propuestas es la más adecuada o si podrían compatibilizarse. Es Fomento quien tiene que decirlo».
Aún hay tiempo para que el Consistorio y el Ministerio lleguen a un acuerdo sobre la estrategia ferroviaria que conviene a Madrid ya que, según explicó Ruiz-Gallardón, la propuesta de Fomento es casi como una declaración de intenciones pues no tienen todavía ni el proyecto arquitectónico, ni la declaración ni la propuesta económica.
Ya ha habido conversaciones a nivel técnico entre ambas administraciones en las que los representantes municipales han explicado la postura del Ayuntamiento y en la que han advertido que el proyecto es, como mínimo, reduccionista:
«Las previsiones del Ministerio no tienen suficiente visión de futuro porque adaptan la nueva estación al espacio que hay ahora en Atocha y no a las necesidades reales que se darán», criticó Ruiz-Gallardón quien dejó claro que según los estudios municipales de movilidad, en pocos años, la capital podría recibir a 68 millones de viajeros.
El Consistorio lo tiene todo pensado, incluso la alternativa para la estación de contenedores que ahora ocupa los terrenos de Abroñigal: «Podrían trasladarse a Puerto Seco». Todo resuelto. Ahora falta que Fomento admita la propuesta.